Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:29 pm
En Cuba se pierde 58 % del agua que se bombea, de esta 16 % en las conductoras, 20 % en las redes y 22 % en las instalaciones intradomiciliarias y de las empresas, según cifras del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (INRH). Esta problemática, además de reducir ese servicio y originar perjuicios a la población, ocasiona al país pérdidas económicas considerables.
Tal situación requiere mejorar la infraestructura hidráulica en la nación, para lo cual se priorizan y amplían los trabajos de rehabilitación de redes, acueductos y alcantarillados, entre otros objetivos, a la vez que continúa el programa hidráulico con inversiones de largo alcance para enfrentar eficazmente problemas de sequía y uso racional del agua, como se establece en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.
Resulta vital una mayor conciencia ciudadana sobre el uso adecuado y racional del agua, junto con la eficiente utilización de la infraestructura hidráulica disponible, la efectividad en la gestión estatal, así como el imperativo de crear en las entidades y la población en general una cultura sobre la importancia del ahorro y preservación del recurso hídrico.
Tales objetivos, contenidos en la Política Nacional del Agua aprobada en diciembre de 2012, constituyen parte esencial en las proyecciones y acciones de trabajo del INRH, según informó la ingeniera Inés María Chapman Waugh, miembro del Consejo de Estado y presidenta de ese instituto, en el espacio radiotelevisivo de la Mesa Redonda.
Subrayó que la referida política conllevará a la aprobación de una Ley con su respectivo Reglamento -que asume un enfoque integral, multisectorial y flexible-, la cual contiene 22 principios cardinales a partir del diagnóstico presentado al Consejo de Ministros.
La titular dijo que para llegar a trazar la Política y, por supuesto, luego trabajar en la Ley y su Reglamento, fue necesario elaborar un diagnóstico profundo sobre los problemas existentes, es decir las dificultades de toda índole que inciden en el camino del agua desde las fuentes de donde proviene hasta su distribución y entrega a toda la sociedad y la economía del país.
Se tuvo en cuenta, además, su interrelación y como parte del medio ambiente, enmarcarse en las condiciones reales del país y con las que cuenta el propio Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos y las entidades tanto del sector empresarial como estatal.
Chapman Waugh añadió que ese texto recoge las insuficiencias de su Instituto y también las que persisten en diferentes organismos e instituciones del Estado (en lo esencial los más directamente vinculados a la economía) y el sector residencial.
Según la Directiva, 60 % del agua en el país la consume el sistema de la Agricultura, de ahí que este sea uno de los eslabones principales en los que urge optimizar esfuerzos y concretar acciones para emplear solo los volúmenes permisibles y así disponer de mayores cantidades.
Crecen inversiones
El Ingeniero Antonio Rodríguez, vicepresidente del INRH, significó que el proceso inversionista que lleva adelante su organismo crece de forma paulatina en los últimos años y comprende tres grandes programas: Reducción de pérdidas, Infraestructura hidráulica para el desarrollo del Turismo y Trasvase, este último con millonarias inversiones en ejecución y recursos empleados.
Comentó que si en el año 2000 el plan era de menos de 70 millones de pesos, este año sobrepasará los 320 millones, cifra que demuestra la prioridad que el Estado cubano otorga a las obras relacionadas con el abasto de agua a la población y demás necesidades del país.
Actualmente se desarrollan inversiones en 12 ciudades: La Habana, Trinidad, Camagüey, Las Tunas, Holguín, Bayamo, Manzanillo, Santiago de Cuba (San Pedrito), Palma Soriano, Baracoa, Guantánamo y Nueva Gerona; no obstante, precisó, los problemas acumulados en muchos territorios aún no permiten que las obras en ejecución ya logren el uso racional del agua.
Aclaró que también se prevé llegar por etapa a todas las cabeceras provinciales, municipales y núcleos urbanos según las condiciones económicas del país lo permitan y en la medida "que seamos capaces de cumplir con los cronogramas fijados en cada provincia para que las fuerzas participantes tras concluir sus labores pasen a trabajar a otras ciudades".
Rodríguez comentó que de manera simultánea se labora en todas las provincias y el municipio especial de Isla de la Juventud en la reparación de estaciones de bombeo de acueductos, reposición de equipos de bombeo y el programa de metraje, concentrado ahora en urbes donde se rehabilitan e instalan nuevas redes hidráulicas y en lugares con estabilidad en el suministro de este líquido.
Asimismo, trabajan en la reparación de presas y canales, plan que prioriza las obras de mayor contribución al desarrollo de la producción de alimentos, junto con los programas de acueductos y alcantarillados que beneficien tanto a los nuevos asentamientos que se crean en el país como a personas residentes en áreas próximas, quienes continuarán recibiendo agua con calidad y cantidad suficiente, afirmó.
Con igual énfasis el INRH asume la preparación de las obras. En tal sentido Rodríguez anunció que este año se dispuso para ese programa más de 30 millones de pesos para asegurar un mayor beneficio a la población.
Precisó que el Ministerio de Economía y Planificación ha aprobado gradualmente la ejecución nuevas obras para sustituir las redes deterioradas en diversas localidades, con el fin de reducir pérdidas en el suministro, las situaciones adversas que se presentan en provincias y por algunas fuentes de abasto de agua que se deprimen como en el caso de Villa Clara.
En ese orden se trabaja en la rehabilitación de conductoras en la ciudad de Pinar del Río, obra que debe concluir el año próximo, incluido un nuevo campo de pozos; en Nuevitas culminó la reparación capital de la principal estación de bombeo, con su camino de acceso y líneas eléctricas. Allí se independizará el suministro a la industria, para brindar un mejor servicio a la población.
En Manzanillo, por los problemas afrontados en la rehabilitación de sus redes hidráulicas, situación agravada a partir de la contaminación del agua en algunas áreas, se ejecutó otra conductora de abastecimiento y perforaron varios pozos en terminación, que deben entrar en servicios en próximos días.
También en Villa Clara, que tiene deprimida sus actuales fuentes de abasto, se prevé iniciar un grupo de acciones -ahora en preparación y consulta-, que contribuirán gradualmente a mejorar ese suministro en el territorio.
Agua de calidad
Jorge Mario García Fernández, director del Órgano del Consejo Nacional de Cuencas Hidrográficas de ese instituto, señaló que el país tiene capacidad máxima de hasta 13 600 millones de metros cúbicos, considerando las aguas superficiales y las subterráneas, y afirmó que 57 % de ese volumen es aprovechable.
Informó que hay 242 embalses, de los cuales 77 son fuentes de abastecimiento para la población, que unidos a los pozos de aguas subterráneas, los canales y otras fuentes, forman parte de la infraestructura hidráulica de la Isla.
Destacó que es tan importante la cantidad disponible como la calidad, sobre todo con vistas a garantizar la potabilidad del vital líquido para el consumo del pueblo y recalcó que todo el que se suministra cumple rigurosamente con las normas y requisitos sanitarios requeridos tanto para el consumo humano como para el resto de las actividades.
Hay 67 plantas de tratamiento convencional las cuales aseguran desde la fuente la potabilidad del mencionado recurso destinado al consumo humano. Estas instalaciones, indicó García Fernández, poseen sus respectivos laboratorios que miden y evalúan sistemáticamente el proceso de tratamiento del agua para que esta se entregue por la conductora y redes con toda la calidad exigida.
"La protección de este recurso vital debe realizarse en la cuenca y desde ella", insistió.
Por su parte, Abel Salas García, vicepresidente del INRH, explicó que entre los programas fundamentales de su institución resaltan la rehabilitación de redes y conductoras; el metraje del consumo hidráulico (hoy solo 57 % de los centros estatales y una ínfima parte del sector residencial están metrados); la reparación y sustitución de equipos, y el sistema de saneamiento.
Política Nacional
A partir de la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, específicamente del 300 al 303 y otros estrechamente vinculados, se elaboró el Diagnóstico y la Política Nacional del Agua, la que fue aprobada por el Consejo de Ministros en diciembre de 2012, publica el sitio web de Cubadebate.
En el texto se precisa que el balance de agua constituirá el instrumento de planificación mediante el cual se mida la eficiencia en el consumo estatal y privado, respecto a la disponibilidad del recurso, a la vez que continuará desarrollándose el programa hidráulico con inversiones de largo alcance para enfrentar mucho más eficazmente los problemas de la sequía y del uso racional del agua en todo el país, elevando la proporción del área agrícola bajo riego.
También se priorizará y ampliará el programa de rehabilitación de redes, acueductos y alcantarillados hasta la vivienda, según lo planificado, con el objetivo de elevar la calidad del agua, disminuir las pérdidas, incrementar su reciclaje y reducir consecuentemente el consumo energético. Incluir la venta de herrajes y accesorios a la población.
Igualmente, y en atención a propiciar una cultura para el uso racional del mencionado recurso, estudiar el reordenamiento de las tarifas del servicio, incluyendo el alcantarillado, con el objetivo de la disminución gradual del subsidio, así como reducir paulatinamente el derroche en su uso. Regular de manera obligatoria la medición del gasto y el cobro a los clientes estatales y privados.
Señala Cubadebate que la Política trazada y aprobada es multisectorial aunque el INRH es el organismo rector, y exige estrategias que se adoptan para gestionar con éxito este recurso.
Con ese propósito se establecen cuatro objetivos priorizados entre los que destacan el uso racional y productivo del agua; utilización eficiente de la infraestructura hidráulica; prevención de riesgos asociados a la calidad del agua y prevención de los riesgos asociados a eventos extremos del clima.
Disponibilidad
El agua es un recurso natural renovable, limitado y frágil, cuya presencia en la naturaleza responde al comportamiento de un ciclo, denominado ciclo hidrológico. Según estudios realizados, en Cuba el origen de los recursos hídricos son las precipitaciones anuales, con un comportamiento medio de 1 335 milímetros, relativamente pocas, las cuales llevan a identificar como Recursos Hídricos Potenciales a un total de 38 100 millones de metros cúbicos, de estos aprovechables 24 000 millones (alrededor de 63 %).
Como resultado de la Voluntad Hidráulica iniciada en la década de los años 60 por la visión estratégica del líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, hoy se cuenta con la capacidad de emplear aproximadamente 57% de los recursos aprovechables, que ascienden a 13 600 millones de metros cúbicos, cifra que garantiza en lo fundamental el suministro de agua a la economía, la sociedad y al medio ambiente.
En Cuba se han construido 242 embalses y cientos de micropresas, con una capacidad de más de 9 000 millones de metros cúbicos y pozos para el bombeo del agua subterránea; canales magistrales, derivadoras. Esto constituye la infraestructura hidráulica del país, que es la garantía básica ante el impacto del cambio climático sobre los recursos hídricos nacionales.
En la actualidad el acceso al agua en la Mayor de las Antillas se realiza mediante conexiones intradomiciliarias (beneficia a 8 401 868 habitantes, 75 %); abasto por pipas (525 696 habitantes, 4,7 %); fácil acceso a 200 o 300 m (1 310 014 habitantes, 11,7 %) y población dispersa (963 200 habitantes, 8,6 %).