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Manos y ciencia por la miel

Contra la producción de este rubro de alta demanda, tanto en el mercado nacional como el internacional, atentan la sequía y la demora en aplicar innovaciones


Jueves 01 de Diciembre de 2022 | 11:52:10 AM 

Autor

Raquel Sierra

Que el país, pese a su potencial, no logre estabilizar la producción de miel depende de no pocos factores. La solución, o mejor, las soluciones, radican en eliminar las brechas que hoy impiden rendimientos superiores.

La Unidad Empresarial de Base (UEB) Apícola Centro de Villa Clara prevé cerrar su recogida anual por encima de las 900 toneladas de miel de abejas, destinadas al consumo social, la red nacional de farmacias y la exportación.

En ese territorio, las entregas trimestrales programadas del néctar se han realizado según lo pactado, en especial las clasificadas como ecológicas, precisamente por su alta cotización en el mercado internacional. El apicultor Roberto Rivas López, del municipio de Manicaragua, considera que los convenios con el proyecto para el perfeccionamiento de la apicultura auspiciados por la Agencia Francesa de Desarrollo, han favorecido el fortalecimiento de la empresa estatal socialista del ramo y han facilitado el establecimiento de contratos con actores económicos no estatales que contribuyen a optimizar la actividad.

De acuerdo con Alexander Castro Aguilar, director de la UEB, en Villa Clara están registrados 81 apicultores de base con más de 20 300 colmenas, distribuidas en los ocho municipios de la provincia y que, para 2023, se planifica disminuir las llamadas zonas de baja o nula explotación del potencial melífero.

En ese territorio, en la actualidad no solo se procesa miel, sino también cera, propóleos, jalea real, polen, en tanto un productor de Remedios experimenta en la extracción y conservación del veneno de abejas, pues ha aumentado su demanda comercial, sobre todo en el campo de la industria farmacéutica.

Otra de las fortalezas de esa unidad productiva, indican reportes de prensa, es la existencia de siete centros de cría que garantizan la sustitución anual de, al menos, 20 300 abejas reinas (de la especie común europea Apis melífera), un procedimiento indispensable para mantener elevados estándares de eficiencia tanto en la salud de las colmenas como en los regulares procesos de castración.

La citada provincia, agregó, también fomenta la diversificación de su cartera exportable, pues se ensaya y promueve el acopio de mieles de la tierra (especie Meliponabeecheii), una mercancía extremadamente exótica y costosa a nivel global por sus valores nutritivos, medicinales y ecológicos.

Mientras en Villa Clara se avanza, en otros territorios la sequía pone en jaque a los apicultores. Por ejemplo, en Guantánamo, la falta de precipitaciones mermó las colmenas por lo que se prevé cerrar 2022 con poco más de 200 toneladas, distante de las 350 del dulce producto logradas el año anterior.

Dado que lluvias recientes no alcanzan a borrar el impacto de la sequía, como paliativo se ha acudido usar alternativas atenuantes del sustento de las melíferas, como guarapo de caña y plátano maduro.

La cosecha de miel en Cuba se divide en dos etapas, comprendidas entre los meses de febrero y junio, así como de octubre a diciembre. Para Rubén Lugo, director técnico de la UEB Apícola de Matanzas, provincia con mayor producción de miel y población apícola del país, la miel cubana “tiene como característica fundamental la inocuidad, libre de antibióticos y de productos químicos”. Además cuenta con un creciente número de agricultores ecológicos.

Reto de país

Con 1 537 productores y 221 000 colmenas, la cifra más alta desde 1979, Cuba enfrenta retos de transformar la cadena de la miel como vía para lograr el aprovechamiento óptimo de su potencial apícola.

En 2021, la Isla produjo más de 10 500 toneladas de miel, lo que superó el record que databa de hace 59 años, cuando en 1962 se obtuvieron 10 215 toneladas (t). En otros renglones, también se alcanzaron cifras significativas: 16 t de propóleos, la más grande hasta ahora, y más de 174 de cera, la cuarta mayor producción registrada en la historia.

El pasado año el sector apícola obtuvo ingresos por exportaciones en el entorno de los 20 millones de dólares. Según el especialista de la Dirección de Comercio Exterior de Apicuba, Reinaldo García, entre los principales clientes para la miel cubana se encuentran los países de Europa occidental, así como Canadá, Japón, Bahamas y Martinica, entre otros.

“Contamos con alrededor de 500 productores certificados para la producción de miel orgánica. Hay un sistema integrado para la gestión de la calidad, lo cual constituye una carta de presentación de nuestros productos ante el mundo. Es una garantía de la calidad integral del proceso”, dijo.

La apicultura cubana prevé que en 2030 se dupliquen los ingresos por concepto de exportación, que según estimados podrían superarse. Los más optimistas vaticinan que podrían acercarse a los 50 millones de dólares anuales.

 

                                                CUBA EN EL MUNDO DE LA MIEL

El pasado año Cuba ocupó la posición número 15 entre los países productores de miel en el mundo y es el segundo con más alta productividad por colmenas, al superar en más del doble lo que logran la mayoría de las naciones que lideran esta producción, solo por detrás de China.

 

En encuentro con la dirección del país, Adolfo Pérez Piñeiro, director del Centro de Investigaciones Apícolas (Ciapi) destacó que es preciso tener en cuenta varios aspectos en la cadena de la miel que resultan decisivos: la producción apícola depende del parque de colmenas, de las condiciones ambientales, incluidos los impactos de eventos climáticos y del aprovechamiento de los recursos melíferos, es decir, las diferentes plantas con flores adonde las abejas acuden a libar.

A su vez, el rendimiento de las colmenas depende del desempeño de las abejas, de la labor de los apicultores -algunos nacionales logran hasta 48 kilogramos de miel por colmena, y de la tecnología, esencialmente artesanal en Cuba.

Según el director general de Ciapi, en la Mayor de las Antillas se estaba obteniendo un rendimiento de unos 47 kilogramos (kg), lo que demanda de acceder a las tecnologías como condición para alcanzar unos 57 kg por colmena, lo que se considera una meta posible de alcanzar por la agroindustria apícola cubana.

Para Pérez Piñeiro, entre las causas que hoy impiden resultados superiores se encuentran la productividad de las colmenas; contar con una base productiva fragmentada y con productores poco eficientes así como la no generalización de los resultados y tecnologías disponibles para aprovechar el potencial y la diversificación apícolas.

Para solucionar esos escollos existe un catálogo de 23 innovaciones que abarcan las áreas de organización, de procesos, de productos, de servicios y de comercialización y persigue desarrollar las cadenas de valor de la apicultura con un alcance que incluye todos los eslabones.

Recientemente, las máximas autoridades cubanas, en encuentro con apicultores y científicos, analizaron las demoras en la aplicación de las innovaciones y dieron luz verde a la utilización del paquete de esas propuestas para alcanzar un rendimiento medio superior a los 45 kilogramos de miel por colmena, elevar su valor agregado y el desarrollo de sus subproductos, entre estos cera, propóleos, polen, jalea real y abejas reinas.

La base del plan, se dio a conocer “es la aplicación y generalización de más de una veintena de innovaciones, como el programa de selección, mejora y crías de abejas y la reorganización de la base productiva acorde al desarrollo territorial”.

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