Si los humidores, en ocasiones piezas exclusivas o de ediciones limitadas, son obras de arte, los que salen de las manos de los integrantes de Sikerei lo son más: a la maestría de quienes trabajan la madera, se suma la creatividad y la imaginación de representantes cubanos de las artes plásticas. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 02/03/2023 | 12:53 pm
Si los humidores, en ocasiones piezas exclusivas o de ediciones limitadas, son obras de arte, los que salen de las manos de los integrantes de Sikerei lo son más: a la maestría de quienes trabajan la madera, se suma la creatividad y la imaginación de representantes cubanos de las artes plásticas.
Con más de 10 años de creado, Sikerei es un proyecto para el diseño y la producción de humidores exclusivos, decorados por artistas contemporáneos. Según afirman sus creadores, “se basa en el imperativo artístico y la tradición en la ebanistería cubana, para proporcionar un producto que exprese la continuidad de la alianza histórica entre el arte y los puros”.
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Por otra parte, describen, “el proyecto apela a la sensibilidad del arte cubano contemporáneo y desde 2009 se han sumado varios artistas que intervienen diferentes humidores, vertiendo en ellos su singular poética”.
Detrás de la iniciativa hay muchos conceptos. “El habano y el arte siempre han estado unidos en la historia, la litografía y el habano han ido siempre de la mano, desarrollándose, aportando belleza y arte al mundo del tabaco. Cada nueva marca que nace, lleva un diseño”. Pero, el arte, considera Ángel Miranda, quien trabaja junto a Lilian Acosta, está más allá de las habilitaciones y las anillas, sino que tiene otra cara, la confección del mismo habano, desde la tierra hasta que los tuercen, que también hacen arte y hacen que cada tabaco tenga un sentimiento diferente”.
Hasta el momento, señala Miranda, unos 40 artistas han participado en la creación de las colecciones de esta línea de trabajo, entre ellos, Zaida del Río, Ernesto García Peña, Roberto González, Adrian Cuba, Rubén Fernández Leal, Osmar Yero, Reyneiro Tamayo, Yasbel Pérez Domínguez y Luis Ulises García.
“La actividad se asocia mayoritariamente a un perfil pictórico en el trabajo con el objeto, donde encontramos soluciones que van desde el expresionismo a incursiones en la abstracción o el pop art… se venera la libertad de posibilidades a la hora de conformar la composición, lo que apunta hacia una vocación que dota a cada pieza de un carácter único”, destacó el director del proyecto Sikerei.
Las piezas, pintadas y únicas de Sikerei, hechas a pedido, son producidas en madera, de cedro y ocume, que no afectan las propiedades organolépticas del tabaco. Son ediciones limitadas y enumeradas, con diseños que no se repiten, lo que los hace piezas de coleccionistas, obras de arte con fines utilitarios para alojar bajo su aroma y abrigo un producto de lujo como lo son los habanos, con una visualidad artística, también irrepetible, bajo el principio de que, en ningún caso, se pierda el estilo y la individualidad de quien pinta.
Lista inconclusa
Los humidores con sello Sikerei, que tiene galería en La Habana y en Milán, dice Miranda, pueden encontrarse en los sitios más insospechados, en colecciones privadas: Australia, Japón, Argentina, Chile, Panamá, Colombia, México, Estados Unidos, Canadá, Inglaterra…, “a muchos rinconcito hemos llegado con nuestro mensaje del arte y del habano, que tiene que ir siempre de la mano”.
Una larga lista de exposiciones y colecciones oficiales puede mostrar el proyecto Sikerei, desde que comenzó a andar en 2009. Desde entonces, los humidores han estado en México, Estados Unidos, China, Italia, Francia y Catar.
La mayoría de las exhibiciones han sido en La Habana, en las sucesivas ediciones del Festival del Habano, en los hoteles Tryp Habana Libre, Cohíba, Melia Cohíba, Hostal Conde de Villanueva y el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, entre otros espacios.
Sin embargo, muchos humidores de la mano de Galería de Arte Sikerei están por nacer, la lista estará siempre inconclusa.
