Desde que Rusia lanzó la operación militar especial para defender a las poblaciones de Donetsk y Lugansk que desde el golpe de Estado en 2014 sufrió un genocidio por parte de hordas ucranianas, Occidente ha hecho todo lo posible por extender la guerra con la finalidad de demonizar a Moscú y provocarle grandes pérdidas militares y económicas.