Desde el inicio del proceso, se insistió en que el éxito de la Ley 148, de Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria y Nutricional (SSAN), y su reglamento, radicaría en su amplio conocimiento no solo de funcionarios, sino también de gobiernos locales, sociedad civil, centros de investigación y, particularmente, de quienes integran la cadena productiva, desde el surco hasta la comercialización y consumo.