Cumpliendo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Cuba promueve los destinos turísticos sustentables. Entre esos, sobresalen tres destinos turísticos populares, donde se practica la sostenibilidad como modelo de desarrollo. Autor: Internet Publicado: 16/02/2023 | 10:59 am
Entendido como el fenómeno social, cultural y económico que supone el desplazamiento de personas a países o lugares fuera de su entorno habitual el turismo debe ser amistoso con el medio ambiente y las políticas locales.
Este interés se manifiesta con el término turismo sostenible, el cual satisface las necesidades de visitantes y anfitriones, al tiempo que protege y crea oportunidades para el futuro. Se inspira en el respeto a la cultura nacional y sus manifestaciones territoriales, así como en la unificación de la población local en el desarrollo de sus actividades, lo que contribuye al mejoramiento de la calidad de vida humana.
Cumpliendo con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, Cuba promueve los destinos turísticos sustentables. Entre esos, sobresalen tres destinos turísticos populares, donde se practica la sostenibilidad como modelo de desarrollo.
Valle de Viñales: belleza y biodiversidad
Marcada por sus características excelentes para el disfrute de la naturaleza, la provincia Pinar del Río tiene en el Valle de Viñales un medio físico-geográfico de singular importancia por la belleza de los paisajes, compleja geología, rica biodiversidad y la cultura de las comunidades en su territorio. El sitio se considera una de las zonas de Cuba ideales en el fomento del turismo sostenible.
Los paisajes, rutas de aventura, la gastronomía y los ecoalojamientos forman parte del atractivo del sitio. La mezcla entre la naturaleza endémica y el paisaje agrícola del Valle contiene en sí prácticas culturales ancestrales, tradiciones y la elaboración de productos artesanales que son medios de consumo en esta comunidad rural. Esto forma parte de la cultura local y su uso turístico le añade valor patrimonial, por lo que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró en 1999 al Valle de Viñales como Paisaje Cultural de la Humanidad.
Los productores radicados en Viñales desarrollan técnicas seguras para el medio ambiente y los ecosistemas, mediante la vinculación de los conocimientos ancestrales y la ciencia con técnicas que minimicen los impactos del cambio climático y permitan preservar los valores del lugar.
Varadero: destino sustentable
Entre los destinos de turismo de sol y playa, Varadero destaca como el ejemplo esencial de la instrumentación práctica de turismo sostenible en Cuba, por alojar la mayor densidad de visitantes por área/día.
Enclavado en la península de Hicacos, en la provincia de Matanzas, el principal destino de sol y playa de Cuba posee un entorno natural de 20 kilómetros de largo, ha llegado a recibir, en momentos récord, a más de 26 000 visitantes por día en la temporada alta.
A pesar de ser un enclave relativamente pequeño en extensión y con elevada fragilidad ecológica por su condición de franja de playa alargada, ubicada en una península, la gestión gubernamental ha permitido que el sitio conserve sus valores como destino sustentable, mediante el trabajo de conservación de la playa, con el cuidado de la duna litoral.
La integración de la infraestructura al entorno, que respeta los valores naturales de la biodiversidad propia del área; la comunidad incorporada a la actividad turística, bajo un enfoque sociocultural y el empleo racional de los recursos, desde la gestión hotelera y extrahotelera, hacen de Varadero un lugar sostenible.
Trinidad: atractivos de la montaña y el litoral
La ciudad de Trinidad, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1988, es un destino casi obligatorio, incluido en el 70 % de los tours organizados en el país. El sitio destaca por ser uno de los mejores ejemplos de sostenibilidad en el desarrollo del turismo en Cuba.
La ciudad posee el atractivo colonial de su arquitectura y urbanismo con su enclave geográfico entre la montaña y el litoral, lo que hace al sitio un destino completo, con historia, playa y vegetación.
El enclave urbano-cultural se vincula con otros tres sectores: un valle agrícola de gran valor paisajístico y patrimonial, especializado en la producción azucarera y que dio vida a la urbe; un ecosistema montañoso convertido en un parque natural y una península, con una prolongada playa de finas arenas. Así, Trinidad se consolida como un producto turístico sólido, diverso e integral, que combina distintos entornos geográficos, todos desarrollados con criterios de sostenibilidad.