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El tercer Niño más Fuerte de estos tiempos

Las principales consecuencias del evento El Niño/Oscilación del Sur (ENOS) continuarán afectando este año las labores agrícolas cubanas


Jueves 28 de Enero de 2016 | 01:00:00 AM 

Autor

Luis Ubeda

Los meses de enero, febrero y marzo, y quizá  abril, "tienen una alta probabilidad de ser lluviosos e incluso tormentosos, término que indica la posibilidad de ocurrencia de brotes de tiempo severo asociados al avance de líneas de tormentas eléctricas vinculadas al paso de los sistemas frontales", expresó el doctor Ramón Pérez Suárez, especialista del Centro del Clima del Instituto de Meteorología, y un relevante investigador de este evento.

El Niño es un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del Pacífico oriental ecuatorial, el cual se manifiesta erráticamente cíclico, y que realmente consiste en la fase cálida del patrón climático del Pacífico ecuatorial denominado El Niño-Oscilación del Sur (ENOS) mientras la fase de enfriamiento recibe el nombre de La Niña.

El investigador amplió que dicho evento, desde hace varias décadas, ha generado notables impactos en varias regiones del planeta, como son las precipitaciones intensas e inundaciones de enorme magnitud en países de Suramérica, y sequías severas en Indonesia, África del Sur y otras regiones del mundo.

En relación con Cuba, el científico subrayó que la presencia de ese complejo proceso de interacción océano-atmósfera contribuyó en primer lugar a que 2015 fuera el más cálido desde 1951, en tanto reveló que de los 15 años más calurosos en la Isla, diez se correspondieron con ENOS; asimismo, el bimestre noviembre-diciembre resultó más lluvioso de lo normal, especialmente en el occidente y centro con una media nacional de 179 milímetros, lo cual equivalió a 158 % del registro histórico para ese lapso.

Pérez especificó que el actual Niño debe mantener su rango de Fuerte durante todo este mes de febrero para luego comenzar a declinar de forma gradual. Sin embargo, alertó que "una vez alcanzada esa categoría provocará cambios temporales en la circulación atmosférica, capaces de generar variaciones en los climas regionales que perdurarán por más tiempo y nuestro país no es una excepción".

El Niño vs. la agricultura cubana

"En combinación con el continuo proceso de calentamiento global del planeta, la permanencia del fenómeno El Niño seguirá complicando los procesos productivos de la agricultura cubana, sobre todo por la extensión de períodos lluviosos y elevadas temperaturas", aseguró Osmar Méndez, jefe del Departamento de Hortalizas del Ministerio de la Agricultura (Minag).

Explicó que esa situación ya influyó en los bajos rendimientos de las cosechas de frijoles, tomates y otros cultivos, que a finales de 2015 debieron tener una mayor presencia en los agromercados, "independientemente de problemas con la productividad, falta de organización y de previsión", precisó.

Méndez dijo que las intensas lluvias impidieron la recogida del frijol sembrado en septiembre y, por consiguiente, la pérdida de numerosas hectáreas al retrasarse el tiempo de cosecha. "Llovió abundantemente en casi todo el territorio nacional en los meses de noviembre y diciembre -recordó-, y esas aguas también afectaron la formación del grano en la vaina, la cual solo dará plantas y hierbas, pero nunca frutos".

El experto reconoció que lo anterior genera a su vez disminución en los rendimientos esperados por los especialistas en la etapa de frío, considerada ideal para el desarrollo vegetativo de muchos cultivos. "Paralelamente a la problemática de la humedad, hay que sumar los efectos de la severa sequía, que aceleran la aparición de plagas y enfermedades".

A modo de ejemplo, el jefe del Departamento de Hortalizas del Minag informó que más de 70 % de las producciones de tomate sembradas en las provincias de Artemisa y Mayabeque se perdieron por esa causa, ocasionando el desabastecimiento de la capital cubana y el sobreprecio de la apreciada hortaliza. Otro importante rubro para la economía nacional, como la caña de azúcar, también ha visto disminuida la cantidad de dulce que podría alcanzar en su formación, bajo estas condiciones.

El especialista admitió que la agricultura es un proceso "a cielo abierto y vive bajo los influjos de ese y otros efectos, en especial de los impactos de los eventos climatológicos acelerados por el calentamiento global en estos tiempos. Imponderables de la naturaleza aparte, no queda otra solución que acudir más a la ciencia y aplicar mejor, puntillosamente y en cada lugar, los programas de enfrentamiento y mitigación, la previsión y las técnicas paliativas adecuadas. Ese es el reto de los días que corren", concluyó Osmar Méndez.

El Niño por el mundo

"El ascenso de 2,1 grados Celsius por encima de lo normal en septiembre pasado en algunas zonas ecuatoriales del Pacífico, sitúa a El Niño actual en el tercer lugar en intensidad, desde el comienzo de las  observaciones y los recuentos de la corriente marina en 1950", afirmó Mike Halpert, director adjunto de la Agencia Oceánica y Atmosférica  de Estados Unidos (NOAA). Agregó que en los últimos 65 años solo se ha registrado una intensidad de recalentamiento superior en tres ocasiones: 1972-1973, 1986-1988 y 1997-1998.

Según Halpert, el único impacto favorable de su regreso, hasta ahora, fue una reducción en el número de huracanes en el Atlántico Norte durante la temporada  de 2015, debido a que la corriente origina un fenómeno que apacigua las tormentas  tropicales. Por el contrario, el travieso Niño intensificó la formación de tempestades en el este y el Océano Pacífico central.

De acuerdo con el investigador, el gran beneficiario del regreso de El Niño debería ser Estados Unidos, pues las precipitaciones fueron más abundantes de lo normal el pasado otoño y durante el invierno en gran parte del país, mientras que el estado de California, aquejado por una acentuada sequía desde 2012, podría recibir precipitaciones significativas que alivien su todavía crítica situación hídrica.

El por qué de un apelativo

Este travieso Niño recibe tal apelativo por el siguiente motivo: durante las fiestas navideñas, los pescadores radicados en el puerto de Paita, Perú, observaron que las aguas aumentaban su temperatura en la época de esas festividades originando la desaparición de los cardúmenes de anchoveta, tradicional sostén de su economía familiar, de manera intuitiva, llegaron al convencimiento de que tal anomalía era consecuencia de una corriente de aire caliente procedente del ecuatoriano Golfo de Guayaquil. 

El presente fenómeno climático El Niño 2015-2016, deviene el más fuerte jamás registrado, tras romper el récord anterior de 1997-1998, observó la NOAA. Esta agencia reveló que durante el evento de 1997-98, las inundaciones, ciclones, deslaves y sequías alrededor del planeta causaron la muerte de unas 20 000 personas y provocaron daños estimados en 97 000 millones de dólares.

La NOAA reconoce que El Niño 2015 ha superado al de 1997-98 en un parámetro clave, la temperatura del agua en el Pacífico central. En 1997, al alcanzar su punto máximo el 26 de noviembre, la temperatura fue de 2,8 grados centígrados por arriba de la media. En cambio, los 2,8 grados centígrados por encima del promedio se alcanzaron el 4 de noviembre de 2015, mientras que el 18 de noviembre la temperatura del agua se elevó a 3,1 grados por encima de la media, para establecer un récord en la región.

De acuerdo con meteorólogos de la NOAA, las temperaturas en el Pacífico central tienen el mayor impacto en la circulación atmosférica global, y por lo tanto los mayores efectos en el clima global. El Niño 2015, sin embargo, no ha roto los registros de temperatura en todo el Pacífico oriental. Finalmente, los pronósticos coinciden en que El Niño Fuerte comience a debilitarse gradualmente a lo largo de la primavera de 2016, dando inicio a la transición a un Enso-neutral al término de la primavera o la llegada del verano 2016.

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