Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:33 pm
La caña de azúcar es capaz de dar respuesta a las principales necesidades de la humanidad, como la energía y los alimentos que demanda la creciente población.
Relacionado con ese último aspecto, uno de los más perentorios en los países del llamado Tercer Mundo, puede afirmarse que el cultivo contribuye a ese objetivo, al constituir una materia prima que aporta alimentos al hombre y los animales.
Los especialistas confirman que existen las bases biológicas que permiten confiar en la caña de azúcar como reemplazo de los cereales en sistemas de alimentación de las principales especies de animales.
Un estudio realizado sobre las potencialidades de ese cultivo en la agroindustria de América Latina y el Caribe, concluyó además que su utilización -y la de sus derivados destinados a la alimentación animal-, representan una alternativa viable en la producción pecuaria.
De acuerdo con sus autores, los resultados en la utilización del jugo (guarapo) y de las mieles en la nutrición de cerdos, gallinas y bovinos son iguales, desde el punto de vista biológico, a los alcanzados en dietas consistentes en granos de cereales.
La fibra residual de la caña (el bagazo), después de ser predigerida con hidróxido de sodio, soporta niveles de comportamiento en rumiantes muy similares a aquellos logrados con cereales sometidos al mismo nivel de predigestión.
Una de las principales conclusiones del estudio es la de que el cultivo de la caña de azúcar, su cosecha y procesamiento para la alimentación animal no exigen la utilización de maquinaria sofisticada.
Base de la producción pecuaria
Cuba, República Dominicana, Colombia y otros países cañeros de la región y del mundo, como Mauricio, han tenido experiencias positivas en el uso del bagazo y las mieles finales como alimento del ganado porcino y bovino.
Cualquier nación del trópico que pretenda desarrollar un sistema pecuario, debe basar su alimentación en un cultivo que se adapte bien al medio.
También debe establecerlo teniendo en cuenta que la planta, al final de su ciclo vegetativo, concentre gran parte de sus reservas en un carbohidrato de fácil aprovechamiento por los animales monogástricos, es decir, que tengan bajo contenido de fibra. La caña de azúcar, coinciden los especialistas, reúne esas características para ser pivote de un sistema alimentario adecuado a las naciones del trópico.
Esto es debido en primer lugar a que es la planta que más eficientemente transforma en biomasa los elementos naturales, con rendimientos por unidad de tiempo y superficie superiores a cualquier otro cultivo del orbe.
Igualmente se prefiere, entre otros, porque es un cultivo perenne y su cosecha y aprovechamiento se han perfeccionado durante muchos años de trabajo en los países tropicales.
Experiencia cubana
Cuba es uno de los países con mayor uso de la caña como alimento animal, pues además de utilizarla directamente con ese objetivo, desarrolló no pocos tipos de productos a partir de las mieles, el bagazo, la cachaza y otros subproductos.
En la década de los 80 de la anterior centuria, cuando producía 8 000 000 de toneladas de azúcar, esta Isla además aportaba unos 4 000 000 de toneladas de alimento para el engorde de animales.
Ese elevado volumen de nutrientes lo integraban las levaduras torula y saccharomyces (esta última se recupera en las destilerías), miel proteica, residuos de la cosecha, bagacillo predigerido, bloques multinutricionales y otros productos. Se fabricaban más de 10 rubros con ese fin, el grueso desarrollado por el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar (Icidca).
En el actual proceso de recuperación de la producción azucarera en el país, también se recobra las de los derivados, entre estos los destinados al consumo de las reses y los cerdos, fundamentalmente.
Baste señalar que en el balance del Grupo Azucarero Azcuba de la zafra 2016/17, se informó que produjeron más de 205 000 toneladas de alimento animal -23 % por encima del volumen previsto-, consistentes en miel-urea-bagacillo, miel b, levadura saccharomyces, bloques multinutricionales y ensilado para cerdos, entre otros.
Las proyecciones en esta esfera incluyen la construcción de nuevas instalaciones en diversos rubros y particularmente lograr su máxima explotación.
Esto se vincula con ocho lineamientos de la política agroindustrial del modelo económico y social cubano, dirigidos al incremento de la producción de derivados y alimento animal a partir de la caña.
El país dedica anualmente cerca de 2 000 millones de dólares a la compra de alimentos, incluidas importantes sumas destinadas a la nutrición de las reses, los cerdos, las aves y otros animales, por lo cual estas producciones derivadas de la agroindustria representan un notable aporte a la sustitución de importaciones.
En ese sentido basta mencionar que las cerca de 100 000 toneladas de miel b destinadas al engorde de cerdos permiten reemplazar el maíz que se importaba con ese fin. (PL)