La capacitación de productores y autoridades relacionadas con la regulación pesquera es una de las prioridades del proyecto. Autor: cortesía de Conpescas Guacanayabo Publicado: 18/12/2024 | 03:38 pm
En el golfo de Guacanayabo, en la costa suroriental de Cuba, un proyecto de cooperación internacional se propuso contribuir a la conservación de la biodiversidad marina mediante la gestión sostenible de los recursos pesqueros y marino-costeros y una apuesta por aplicar enfoques diferentes en la explotación del mar.
Titulado Mejorando la gestión y protección de la biodiversidad marina en el golfo de Guacanayabo, Conpescas Guacanayabo (nombre corto), el proyecto en el que interviene el Centro de Investigaciones Pesqueras del Ministerio de la Industria Alimentaria, en alianza con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), impulsa la aplicación de buenas prácticas, teniendo en cuenta el enfoque ecosistémico de la pesca y la acuicultura (EEPA), promovido por la FAO.
El golfo de Guacanayabo, que abarca la costa sur de las provincias de Granma, Camagüey y Las Tunas, aporta aproximadamente el 28,6 por ciento de la producción pesquera de la plataforma cubana y donde convive más del 55 por ciento de las especies endémicas del Caribe, además de albergar algunos de los más extensos y mejor conservados manglares y pastos marinos.
En octubre pasado, en el congreso Ciencias del Mar, Lirialis García Mesa, coordinadora nacional del proyecto, señaló que en esa zona se reporta un sostenido declive de las pesquerías, atribuido a la sobrepesca, el deterioro ambiental y los eventos hidrometeorológicos extremos.
A su vez, se registran cambios en la composición de las comunidades de peces marinos: especies de mayor tamaño y valor comercial han sido paulatinamente remplazadas por otras inferiores, más pequeñas y de menor valor.
Otra de las situaciones que enfrenta el golfo es la degradación de las zonas costeras por el crecimiento demográfico (comunidades eminentemente pesqueras), alteraciones del hábitat por el desarrollo agrícola industrial y el represamiento de cursos de agua.
El declive, declaró, está cuantificado a partir de modelos matemáticos basados en las capturas que se reportan al grupo empresarial que rige la pesca, estimaciones de la pesca ilegal y de la privada, con informaciones obtenidas con pescadores de forma individual.
En biología pesquera, aclaró, cuando se habla de agotamiento de una especie se refiere a los resultados de modelaciones que tienen en cuenta parámetros, como ciclo de vida de la especie, vulnerabilidad, esfuerzo pesquero, estacionalidad, zona de cría y de pesca, que muestran que está deprimida y disminuida su capacidad de sobreponerse a los diferentes impactos.
De acuerdo con García Mesa, la pesca privada se ha convertido en un problema desde que la Ley de pesca la autorizó, pues el control que se aplica a las capturas estatales no se les ejerce a las privadas.
En ese contexto, el proyecto persigue contribuir a la conservación de la biodiversidad marina aplicando el EEPA, que contempla el desarrollo sostenible, la equidad y la resiliencia de los sistemas sociales y ecológicos.
Para ello, se divide en tres componentes: primero, la actualización de las bases del conocimiento para la gestión de las pesquerías sostenibles y de sus hábitats marinos clave en el golfo y planes de manejo de las principales especies.
El segundo está relacionado con los medios de vida sostenibles para la diversificación pesquera y la acuicultura con valor agregado, mientras que el tercero tiene que ver con la gestión del conocimiento y difusión de resultados para su replicación y escalamiento.
Como parte del programa se han recibido equipos de georreferenciación, posicionamiento y observación, medición de parámetros físico-químicos y oceanográficos, así como herramientas de trabajo y buceo para realizar de estudios marinos.
Según la FAO, esos suministros ayudarían a garantizar la evaluación periódica del hábitat y las poblaciones sometidas a explotación pesquera, en tanto, la investigación científica debe apuntar a la correcta toma de decisiones en el sector productivo y ayudar a crear condiciones para una industria pesquera rentable y sostenible, en beneficio de las poblaciones y del país.
Otros aportes incluyen tecnologías informáticas y vehículos que facilitan la gestión de los procesos vinculados con la Empresa Pesquera Industrial de Santa Cruz del Sur, en Camagüey; la Empresa Pesquera Industrial de Granma, y Unidad Empresarial de Base de Guayabal, perteneciente, a la Empresa Pesquera de Las Tunas.
Conpescas Guacanayabo también centra sus acciones en fortalecer capacidades de laboratorios con el aporte de microscopios, balanzas, reactivos y equipos de refrigeración para mejorar las acciones de vigilancia y control de enfermedades acuáticas y las actividades vinculadas con la calidad e inocuidad de los recursos marinos.