Autor: PL Publicado: 14/01/2025 | 11:21 am
El multimillonario Daniel Noboa llegó a la presidencia de Ecuador el 23 de noviembre de 2023 con promisorias promesas de frenar la violencia, acabar con los apagones y elevar el poder adquisitivo del pueblo mediante medidas neoliberales, pero todas han fracasado.
A 14 meses de iniciar su gestión, la tensión política se ha agudizado, los cortes eléctricos se extienden hasta 14 horas, la economía se ha estancado y la delincuencia resulta incontrolable con 41 % de homicidios por encima de los ocurridos en 2022.
A toda esa debacle se suma el narcotráfico que controla casi todas las actividades dentro del país. Un análisis del portal especializado Insight Crime, define a Ecuador como una “autopista de la cocaína hacia Estados Unidos y Europa”, y señala que ya no es un país “de tránsito de la droga, sino uno en el que se la almacena, se la exporta e incluso se la procesa”.
Agrega el estudio de Insight Crime que el poder de negociación de la cocaína se encuentra sobre todo en la comercialización y el lavado de activos y que las mafias extranjeras que operan en el país han hecho alianzas o han sometido a las empresas agroexportadoras más grandes y con mayor experiencia.
Seguidamente insinúa que la Corporación Noboa controla el 75 % de las exportaciones de banano y es la única empresa que deja sus productos en los puertos más grandes del mundo, con su propia flota naviera.
El diario La República informó que “la droga sale de Ecuador de múltiples formas y por diversos canales; sin embargo, son las exportaciones de productos agrícolas como el banano, la forma más usada”. Aquí vuelve a aparecer Daniel Noboa, heredero de la mayor oligarquía del país, quien no ha dudado en perseguir a toda persona y empresa que pueda significar una amenaza a su poder político y económico.
En la larga agenda neoliberal del actual presidente, aparece su sumisión a Washington como política de Estado al facilitarle el establecimiento de bases norteamericanas como la de las Islas Galápagos (declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad) y cuyas tropas ya pueden circular libremente por el territorio nacional. Su guerra interna contra la delincuencia es aprovechada por Estados Unidos, siempre dispuesto a presionar y atar a gobiernos derechistas del sur.
No obstante, pese al deterioro político de Noboa, las campañas publicitarias a su favor se han incrementado por parte de los medios de comunicación hegemónicos nacionales e internacionales con vistas a las elecciones del 9 de febrero, y hasta tratan de convencer al electorado de un triunfo irreversible del candidato derechista.
Noboa, del partido Acción Democrática Nacional, asumió el poder el 23 de noviembre de 2023 hasta mayo de 2025, cuando debía terminar el mandato su antecesor, Guillermo Lasso, quien renunció por estar envuelto en actos de corrupción.
La Ley Electoral dispone que para que un candidato presidencial gane en primera vuelta debe reunir el 40 % de los votos y una ventaja de diez puntos porcentuales sobre el segundo aspirante. De haber segunda vuelta, se realizará el 13 de abril.
De los 16 candidatos los medios hegemónicos de comunicación tratan de denigrar la figura de Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana, quien con posiciones progresistas competirá por la presidencia. Aunque Noboa y González aparecen como amplios favoritos en las encuestas, de todas formas, con la gran cantidad de pretendientes, casi seguro habrá una segunda vuelta.
En el programa de Gobierno presentado por la candidata González se hace alusión a los diez años de la “década ganada” en referencia al Gobierno de Rafael Correa.
Entre los más importantes aparecen el de garantizar una seguridad en el sistema de formación de derechos humanos; poner en el centro del modelo el respeto de los derechos laborales, tanto individuales como colectivos; impulsar la transición hacia una economía no petrolera con incentivos para sectores de valor agregado, al procurar un incremento en la participación de la manufactura y de las industrias;
incentivar la formalización de las micro y pequeñas empresas y realizar una auditoría integral de la deuda pública desde el año 2017.
Asimismo, prevé fortalecer el rol orientador del Estado en el desarrollo agrario y garantizar a todos los ecuatorianos el acceso a energía confiable y sostenible como un derecho fundamental.
Plantea recuperar las universidades públicas y las universidades emblemáticas del país, además del programa de becas en el exterior. En la salud vaticina ampliar el presupuesto como obligación superior del Estado y que las casas de salud ya existentes puedan recobrar sus funciones con calidad.
En conclusiones, nuevamente se volverán a enfrentar en las urnas dos pretendientes a la presidencia completamente opuestos: uno a favor de aplicar un neoliberalismo feroz con entrega total a los dictados de Estados Unidos, y por el otro lado, una que intenta recobrar los beneficios que el Estado debe garantizar a la población sin grandes ataduras al Gigante estadounidense.
Al pueblo ecuatoriano le corresponde decidir el próximo 9 de febrero.
