Jueves
18 de Septiembre  2025 

Reafirma Cuba su defensa del medio ambiente y el enfrentamiento al cambio climático

 Con el lema De la ciencia a la acción global, este año se celebró el Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, como cada 16 de septiembre, en una jornada que también conmemoró los 40 años del Convenio de Viena, primer acuerdo internacional en defensa de ese escudo protector de nuestro planeta.


Jueves 18 de Septiembre de 2025 | 08:28:04 AM 

Autor

Ledys Camacho Casado

 

Una buena cosecha de logros marcan las tres décadas de la Unidad Técnica de Ozono (conocida por su sigla inicial OTOZ)  que este 16 de septiembre festejó otro aniversario durante el acto central nacional con motivo del Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono,  reafirmando su papel activo en defensa del medio ambiente y en la lucha global para enfrentar al cambio climático.

Perteneciente al Centro de la Información y Desarrollo de la Energía (Cubaenergía), adscrito a la Agencia de Energía Nuclear y Tecnologías de Avanzada, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma), la entidad ha sorteado dificultades y limitaciones en estos años para cumplir con éxito su misión de contribuir a la protección de la capa de ozono, ampliando su alcance más recientemente, a mitigar los efectos del calentamiento atmosférico.

De los resultados concretos y aportes más relevantes en esa esfera comentó el doctor Nelson Espinosa Pena, director de la OTOZ desde los primeros meses de su creación quien destacó que Cuba como signataria del Convenio de Viena, del Protocolo de Montreal y sus cinco enmiendas,  implementa con rigor y responsabilidad los compromisos adoptados para la eliminación progresiva de las Sustancias Agotadoras de la Capa de ozono (SAO).

Precisamente, tanto por los impactos en la protección de la capa de ozono como la contribución a mitigar las consecuencias del cambio climático, el Protocolo de Montreal está considerado el acuerdo internacional más exitoso implementado en la esfera ambiental, el cual tiene un carácter universal pues cuenta con el respaldo de 198 Estados.

Con la OTOZ al frente, en estos 30 años se han ejecutado cerca de 80 proyectos internacionales de colaboración, con el Fondo Multilateral del Protocolo de Montreal, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Agencias del Sistema de Naciones Unidas, la Unión Europea y los gobiernos de Canadá y Alemania, entre otros países.

Entre los resultados más significativos de Cuba señala el cumplimiento de los compromisos de reducción de la importación y el consumo de SAO y el inicio en 2024 del control del consumo de los HFC acordados con el Protocolo de Montreal.

En lo relacionado con la paulatina eliminación de la producción y el consumo de productos químicos industriales dañinos al medio ambiente, sobresale la ofensiva del Plan nacional contra los hidroclorofluorocarbonos (HCFC) y los hidrofluorocarbonos (HFC), en lo cual se avanza con metas muy puntuales hasta 2030.

Citó por ejemplo, la erradicación total del uso de los clorofluorocarbonos (CFC) en la refrigeración doméstica y comercial, en los equipos de aire acondicionado y en la fabricación de aerosoles de uso médico e industrial, así como la eliminación del uso del tetracloruro de carbono y los halones en los extintores de incendios, del bromuro de metilo en la fumigación en la agricultura, en almacenes, silos, cultivos protegidos, viveros, semilleros de tabaco e instalaciones de la industria molinera y del metilcloroformo en los laboratorios.

Mención especial hizo de la Revolución Energética cuyo programa en apenas tres años permitió cambiar cerca de tres millones de refrigeradores que utilizaban gas R-12, destructor de la capa de ozono, y más de 250 000 aparatos de aire acondicionado.

Otro paso importante fue la reconversión tecnológica realizada en cinco empresas que fabrican espumas rígidas de poliuretano para la producción de paneles aislantes con fines diversos y cuyo aporte esencial consistió en la completa sustitución del gas refrigerante R-141b, muy dañino para la capa protectora de la vida en la Tierra.

Resultó relevante la destrucción de 4 100 kilogramos de SAO en la planta de tecnología japonesa instalada con ese fin en la fábrica de cemento Siguaney, en Sancti Spíritus y, es de considerar en estos años la importancia de reducir las emisiones de compuestos que afectan la capa de ozono, que son a la vez potentes gases de efecto invernadero (hasta el momento, más de 100 sustancias han sido eliminadas totalmente).

Hoy se mantiene y fortalece el trabajo de la Unidad Técnica del Ozono y se incrementa su influencia en la economía y la sociedad a partir de la implementación del Protocolo de Montreal pues incluso en los momentos más difíciles de la pandemia, la entidad mantuvo su labor en un sistema de protección que se consolida con la red de especialistas provinciales y municipales que atienden esa actividad en cada delegación del Citma, en todo el país.

Reiteró el experto que los principales resultados en la disminución del uso de SAO, los proyectos y acciones de la actualidad son continuidad del esfuerzo mancomunado de ese colectivo y sus colaboradores, durante 30 años, con vistas a lo pactado por Cuba como signataria del Protocolo de Montreal, de 1987, y sus considerables impactos y alcance global.

Ese instrumento internacional con 198 países firmantes y cinco enmiendas: Londres, Copenhague, Montreal, Beijing y Kigali, cuenta entre sus éxitos, evitar que entre 1990 y 2010 se emitieran a la atmósfera una cantidad neta de más de 135 000 millones de toneladas de CO2 equivalente.

Subrayó Espinosa en cuanto a la contribución a la mitigación al cambio climático que, sin el Protocolo de Montreal, la temperatura en la Tierra podría haber aumentado en más de dos grados centígrados.

Las emisiones impedidas mediante la eliminación de SAO y la reducción de hidrofluorocarburos (HFC) ayudan a mitigar el calentamiento global ahorrando billones de dólares en esfuerzos de recuperación, al evitar eventos o desastres relacionados con el clima como olas de calor, inundaciones, incendios forestales y sequías.

Para finales del siglo XXI mediante las acciones del Protocolo de Montreal y la Enmienda de Kigali, eliminando los HFC se puede reducir el calentamiento global hasta en 0.5 grados centígrados de la temperatura de la Tierra, puntualizó.

Son muchos los beneficios que implican estas acciones pactadas para proteger a vida en el planeta, ante las peligrosas radiaciones ultravioletas del Sol, en función de reducir los casos de personas con cáncer de piel, cataratas, deformación del cristalino y daños al sistema inmunológico, junto a otros impactos en el crecimiento de las plantas y los rendimientos agrícolas.  

Enmienda de Kigali, un nuevo reto

Sobre la Enmienda de Kigali, su relevancia y la contribución de Cuba a ese compromiso internacional que vincula la protección de la capa de ozono con la lucha contra el cambio climático comentó el ingeniero Armando Lázaro Gómez Díaz, especialista de la OTOZ.

Según lo estipulado en esa Enmienda, en vigor desde el 1 de enero de 2019, se amplía el alcance del Protocolo de Montreal en la protección del clima mundial, al añadir los hidrofluorocarbonos (HFC) a la lista de sustancias controladas, en lo cual Cuba trabaja actualmente para implementar su Programa Nacional de Reducción y Eliminación de esos gases de efecto invernadero en el período 2024-2045.

“Ese plan tiene entre sus ejes principales, la búsqueda de alternativas a los HFC que no solo tengan un bajo potencial de calentamiento atmosférico, sino, también, mayor eficiencia energética y sostenibilidad”, señaló.

Nuestro país que ratificó la enmienda el 20 de junio de 2019, enfrenta nuevos retos en la sustitución de los HFC como gases de efecto invernadero con opciones de bajo potencial de calentamiento atmosférico, a partir de refrigerantes naturales, el refuerzo de la capacidad para formar a los técnicos de sistemas de refrigeración y la certificación de estos en el manejo seguro de equipos de frío y clima, así como la sensibilización y concientización de la población sobre la adopción de esas tecnologías.

Explicó que se prevé además la capacitación para los trabajadores de los sectores de la refrigeración, aire acondicionado y espumas aislantes, un proceder que ha sido muy habitual en estos años en los que la OTOZ transmite y comparte sus saberes y buenas prácticas con la impartición de cursos para agentes aduanales, importadores, proyectistas, comerciantes y empresarios, entre otros actores económicos.

Jornada de celebración

Este 16 de septiembre, en ocasión del Día Mundial de la Preservación de la Capa de Ozono, se efectuó en La Habana el acto nacional por el aniversario 30 de la OTOZ, un encuentro al que asistieron importantes personalidades como el Representante Residente Adjunto del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Cuba, Gabriel Bottino, junto a otros directivos, ejecutivos y especialistas de la ciencia y organismos afines a la actividad de la protección ambiental.

Durante la celebración se entregó el Sello Conmemorativo 30 Aniversario a personalidades, instituciones, periodistas y medios de comunicación que han acompañado la labor de la OTOZ durante tres décadas. También se otorgaron los reconocimientos nacionales Entidad Libre de SAO, que confiere el Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, a más de 40 empresas e instituciones del país y se premiaron los niños y adolescentes ganadores del concurso virtual convocado por la efeméride.

Breve reseña

–En marzo de 1985, más de 20 países firmaron en Austria el Convenio de Viena para la Protección de la Capa de Ozono, primer acuerdo internacional enfocado en promover las investigaciones, la cooperación, el intercambio de información y las negociaciones multilaterales, para enfrentar lo que ya se presagiaba como un significativo desafío ambiental mundial: el deterioro progresivo de la capa de ozono, que protege a la Tierra de las dañinas radiaciones ultravioletas del Sol.

-Dos años y medio después, el 16 de septiembre de 1987, los gobiernos de 46 países suscribieron en Canadá el Protocolo de Montreal, dirigido a la eliminación gradual de las sustancias agotadoras de la capa de ozono (SAO), en particular los clorofluorocarbonos (CFC) y halones, promoviendo el desarrollo e introducción de nuevas tecnologías libres de esos compuestos.

-Cuba ratificó ambos instrumentos internacionales en 1992, decisión que implicó asumir los compromisos que establecían para la reducción gradual de las SAO, en los plazos establecidos.

- Con ese motivo se crea una entidad dedicada por entero a sentar las bases organizativas, científicas y legislativas que posibilitaran trabajar hacia el logro de tan complejo objetivo, además de promover la capacitación. Y es así que el 16 de septiembre de 1995 surgió la Oficina Técnica de Ozono (OTOZ).

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