La búsqueda del esencial líquido es una triste realidad en Palestina. Autor: Opciones Publicado: 15/03/2024 | 01:39 pm
El desbordamiento de aguas residuales y la contaminación del líquido empleado para beber empeoró las condiciones de salud en el norte de la Franja de Gaza.
La situación, provocada por los constantes bombardeos de las fuerzas israelíes desde el 7 de octubre, causó la propagación de enfermedades, de acuerdo con el portal noticioso Al Quds.
Según el informe, citado por Prensa Latina, en las callejuelas del campamento de refugiados de Jabalia, las aguas residuales se filtran a las casas de los ciudadanos y a los centros de refugio.
A principios de este año, la Autoridad Palestina de Calidad Ambiental reveló que el 66 por ciento de la población de la Franja sufre la propagación de enfermedades transmitidas por el agua contaminada, entre ellas el cólera y la diarrea crónica.
En una entrevista con la agencia noticiosa Anadolu, el alcalde de Jabalia, Mazen Al-Najjar, denunció que el Ejército israelí destruyó más del 70 por ciento de los pozos.
El agua que extraen los residentes utilizando métodos primitivos está contaminada, confirmó.
A la falta del vital líquido se suma la hambruna, debido a la escasez de alimentos y nutrientes como resultado del asedio y la guerra, subrayó.
Desde el inicio del conflicto no hemos podido conseguir suministro de diésel, lo que aumentó la complejidad de la prestación de servicios por los cortes de energía, apuntó.
A principios de este mes, la Oficina Central de Estadísticas (PCBS) y la Autoridad de Calidad Ambiental advirtieron que el 75 por ciento de los palestinos en el norte de Gaza bebe agua contaminada.
Detallaron que la población gazatí apenas consume de uno a tres litros diarios del líquido.
Precisaron que 65 bombas de aguas residuales dejaron de funcionar por el bloqueo israelí a la entrada de combustible a la región, así como seis plantas y sistemas de tratamiento.
La decisión provocó el vertido de unos 130 000 metros cúbicos diarios de aguas residuales sin tratar al mar Mediterráneo.
A principios de octubre del pasado año, días antes de la agresión israelí, la PCBS denunció que apenas 40 por ciento de la población palestina tenía acceso a agua gestionada de forma segura y libre de contaminación.