Alexander Lukashenko fue reelegido como presidente bielorruso Autor: Archivo web Publicado: 05/02/2025 | 02:48 pm
Retomando la enseñanza del refrán “guerra avisada no mata soldados”, el pueblo de Bielorrusia votó a favor de la paz al elegir el pasado 26 de enero, con el 86 % de los votos, a Alexander Lukashenko para un nuevo mandato presidencial.
El gobierno de Minsk había sido sometido desde meses antes a una fuerte y constante campaña de difamación, falsas noticias, presiones económicas y políticas por parte de los gobiernos y medios hegemónicos de comunicación occidentales dirigidos desde Estados Unidos y de la Unión Europea para tratar de desestabilizar a esa nación de Europa Oriental.
Ya la dirigencia de Bielorrusia había pasado por una amarga experiencia cuando en agosto de 2020 Lukashenko ganó las elecciones generales con el 80 % de los votos mientras su contrincante la derechista Svetlana Tijanóvskaya obtenía solo el 10 % e inmediatamente los opositores salieron a las calles a destruir instituciones estatales, lugares públicos alentados por llamados de insurrección a través de las redes sociales.
Días antes de las elecciones del 26 de enero, la ya acostumbrada injerencia de la Unión Europea no se hizo esperar y sin el mínimo recato, aprobó en el Parlamento Europeo una resolución que llamaba a no reconocer los comicios en Bielorrusia y pedía a los integrantes del bloque y a sus socios internacionales ampliar sanciones contra funcionarios y entidades bielorrusas.
Esas directrices a la UE se las enviaban desde Washington a través de mensajes confidenciales y también mediante declaraciones públicas como la del portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller que afirmó: “Las presidenciales de 2025 no pueden reflejar la voluntad del pueblo bielorruso”, mientras el saliente secretario de Estado, Antony Blinken señalaba: “Los comicios no pueden ser libres ni justos en el país eslavo”.
A la enorme campaña mediática se sumó el incremento del potencial militar de la OTAN cerca de las fronteras de Rusia y Bielorrusia con ensayos de acciones defensivas y también ofensivas.
De todas formas, como precaución ante las constantes amenazas de Occidente, en diciembre de 2024, Moscú y Minsk firmaron un acuerdo estratégico que garantiza la seguridad mutua y la profundización de relaciones entre ambas naciones.
Por informaciones filtradas, se conocía que Estados Unidos y la Unión Europea estaban preparando una operación contra Minsk parecida a la del Maidán en Ucrania que dio al traste con el gobierno legítimo de esa nación y ha provocado una sangrienta guerra contra Rusia apoyada y financiada por la OTAN para tratar de desestabilizar a Moscú.
Pero detallemos un poco lo que ocurrió en las anteriores elecciones de agosto de 2020 después de la victoria de Lukashenko contra su contrincante Tijanóvskaya cuando salieron de forma violenta a las calles los opositores.
A finales de agosto, Svetlana huyó hacia Lituania después de haber sido condenada por un Tribunal de Minsk a 15 años bajo acusación de conspiración para tomar el poder.
Datos de la Inteligencia de Rusia advertían que ella tenía muchos lazos con Occidente así como con la financiación de las protestas que habían sido organizadas desde el extranjero mucho antes de las elecciones.
En 2019 y principios de 2020 Estados Unidos gastó más de 20 millones para fomentar las protestas a través de varias ONGs. Ese dinero se usó en crear una red de blogueros independientes además de cuentas de información en las redes sociales, y las personas más prometedoras recibieron formación en el extranjero sobre todo en Polonia, Lituania y Ucrania donde los instruyeron expertos estadounidenses.
En los años siguientes, Svetlana continuó sus proyectos para desestabilizar el gobierno bielorruso, participó en los Foros Económicos de Davos, en el Foro Internacional para la Democracia en Estramburgo donde discutieron sobre el futuro de Biolorrusia sin invitar a las autoridades de esa nación.
Ella estuvo en un encuentro organizado en Vilma por el Departamento de Estado norteamericano donde hablaron de la supuesta democracia, de qué hacer con ese país cuya dirigencia no sigue las políticas de Estados Unidos.
Fueron las mismas acciones que realizaron las fuerzas de derecha contra Ucrania en 2014, conocidas como el Maidán las que concluyeron con el derrocamiento del gobierno de Viktor Yanukovich.
También en Georgia hubo cuatro intentos fallidos de desestabilizar al gobierno en los últimos tres años; en Serbia entregaron 436 millones de dólares con los mismos objetivos y en Eslovenia han atentado contra el presidente Robert Fico para eliminarlo del poder.
En esta ocasión la guerra estaba avisada y tanto el gobierno como el pueblo bielorruso, casi en pleno, supieron defender la soberanía, independencia y la paz de las amenazas y provocaciones de Occidente.