Con 330 cruceristas europeos a bordo, el buque comenzó su travesía el pasado 14 de marzo en la terminal de cruceros de La Habana y el itinerario incluyó la playa María la Gorda, en Pinar del Río; Cienfuegos; Santiago de Cuba; Holguín y el puerto madre, nuevamente en la capital cubana. Autor: Alexander Rojas Freyre Publicado: 23/03/2023 | 09:59 am
Con el desembarco en Antilla, Holguín, de casi la mitad de los pasajeros del crucero alemán MS Hamburg, reiniciaron en ese oriental territorio las operaciones para esta modalidad turística, detenidas aquí hace cuatro años.
Con 330 cruceristas europeos a bordo, el buque comenzó su travesía el pasado 14 de marzo en la terminal de cruceros de La Habana y el itinerario incluyó la playa María la Gorda, en Pinar del Río; Cienfuegos; Santiago de Cuba; Holguín y el puerto madre, nuevamente en la capital cubana.
El ingeniero industrial Ricardo Rojas Mastrapa, director de la sucursal Holguín de Cubatur, informó al semanario Opciones que el arribo ocurre en el año de celebración del aniversario 60 de esta agencia de viajes, que será el próximo primero de abril.
El también Máster en gestión turística, explicó que los turistas viajaron en avión desde Alemania hasta La Habana, y en la terminal de cruceros abordaron el MS Hamburg el pasado 14 de marzo.
Como parte del periplo hay tres excursiones: la primera es el City Tour Holguín; la segunda incluye visitas a la aldea taína Chorro de Maíta y la campiña cubana; y la tercera propone el disfrute del sol, las blancas arenas y las cálidas aguas de la playa Guardalavaca.
De Holguín, lo mejor
Por su parte el licenciado Yoel Vilachá Solís, subdirector de operaciones turísticas de la agencia de viajes Cubatur en Holguín dijo: “le ofrecemos las excursiones a la sucursal en La Habana de la agencia alemana de cruceros Schauinsland y sus agentes las comercializan entre los clientes.
Foto: Alexander Rojas Freyre |
“Cuando los turistas llegan a Antilla, según la excursión seleccionada, abordan el ómnibus designado, con un guía pero, a modo de bienvenida, antes interactúan con los antillanos en la feria popular convocada por el gobierno municipal.
“A la feria -continuó- concurren todos los actores de la economía local, quienes expenden alimentos, frutas y bebidas embotelladas como agua y refrescos, acompañados por música tradicional cubana interpretada por agrupaciones de la localidad”.
Los que optaron por City Tours Holguín disfrutan de una vista panorámica desde el mirador Loma de la cruz, ubicada a 261 metros sobre el nivel del mar y al cual pueden acceder por una empinada escalera de 458 escaños.
Asimismo, pueden comprar suvenires en la Plaza de la Marqueta y sofocar la sed provocada con un refrescante mojito criollo en la Bodeguita del Medio.
Los cruceristas que eligieron la segunda excursión tienen la posibilidad de conocer una de las culturas aborígenes originarias de la nacionalidad cubana, la taína, y aprender sobre sus hábitos alimentarios y de vida, la elaboración del casabe de yuca, así como la práctica del areíto y del batú, un juego que precede al deporte nacional, la pelota.
En la campiña cubana degustan las frutas de estación de Cuba como guayaba, chirimoya, ciruela china y tamarindo; además prueban el queso criollo y un aromático café procesado en el pilón y colado a la usanza campesina en coladera de tela.
Con un cóctel son recibidos en la playa de Guardalavaca los pasajeros que decidieron la tercera y última excursión. Caminan por el Bazar de artesanía, toman el sol recostados en una tumbona, respiran el aire fresco de la tarde, se dejan acariciar por la calidez de las aguas cristalinas y disfrutan el tiempo en las blancas arenas del norteño polo turístico. De salida, disfrutan otra vez de la coctelería.
Finalmente retornan al crucero para proseguir su viaje.
El desembarco
El capitán de marina Alexander Rojas Freyre, práctico del puerto de Antillas, Holguín. Foto: Alexander Rojas Freyre |
El capitán de marina Alexander Rojas Freyre es el práctico del puerto de Antilla responsabilizado con el desembarco de los cruceristas y explica que, una vez que el buque está anclado cerca del puerto, los pasajeros descienden en pequeñas embarcaciones llamadas tender, embarcaciones rápidas que tienen su propio motor. Así van del crucero hasta el muelle de la marina.
El crucero queda anclado lo más cercano posible a la costa para ganar tiempo durante el desembarque, precisó el práctico.