Es los espectáculos se recrea la presencia de los aborígenes Tainos, su cultura, y tradiciones, los bailes religiosos, todo ello mediante un cuerpo de danza. Autor: Roberto F. Campos Publicado: 08/10/2024 | 10:03 pm
En Cuba existe un parque natural con mucha historia que atrae cada año a viajeros de todo el mundo, en particular europeos (sobre todo españoles): el Parque Cristóbal Colón, ubicado en la costa norte de la provincia de Holguín. Se extiende por el Oeste desde el municipio Gibara y hacia el Este hasta la bahía de Sama.
Creado el 17 de septiembre de 1998 en el escenario del aniversario del encuentro entre la cultura española y la antillana, se apoya en una infraestructura de más de tres parques, un centenar de senderos especializados y recorridos, a cargo de las principales agencias de viajes de la Isla.
En su porción costera tiene más de 40 kilómetros de costa acantiladas donde se destacan poco más de una decena de playas, seis bahías, tres ríos, siete cayos, unas 170 cuevas, seis cuevas inundadas y 34 sitios arqueológicos. Además exhibe cinco mil hectáreas de bosques naturales y otras mil reforestadas en recientes años.
La población asentada en Cayo Bariay no sobrepasa los 200 habitantes. Las comunidades comprendidas en el área son eminentemente rurales.
Su actividad económica se centra fundamentalmente en la agricultura, en especial cultivos menores como ajo, cebolla, plátano y tabaco.
Las más cercanas al mar se dedican además a la pesca y al cultivo de ostiones. Muchos de los pobladores trabajan en el Parque Monumento Nacional Bariay, institución turística que presta servicios a nacionales y extranjeros.
La región recrea tanto la estancia de los españoles de aquella época momento, como –sobre todo- la presencia de los aborígenes Tainos, su cultura, y tradiciones, los bailes religiosos, todo ello mediante un cuerpo de danza.
El lugar es verdaderamente maravilloso, rodeado de mucho verdor y naturaleza virginal. Dentro de sus valores naturales destacan las lomas de Maniabón, en especial los accidentes orográficos de los cerros calcáreos de forma mogótica, sobre suaves formaciones colinosas de serpentina y la subyacente llanura.
Sobresalen elevaciones como la hoy denominada Mezquita de Colón, conocida por los habitantes de la zona como Teta de Bariay y descrita por el Almirante en su diario:
“Tiene sus montañas hermosas y altas como la Peña de los Enamorados, y una de ellas tiene encima otro montecillo a manera de una mezquita”,
Y hay mucho más, sobre todo para los amantes de la naturaleza, pues aparecen el Cerro de los Portales (147 metros), el Cerro de Yabazón (246 y la Silla de Gibara (307).
Colón desembarcó el 28 de octubre de 1492 en el lugar, con los tripulantes de La Pinta, La Niña y La Santa María, y tomó posesión de estas tierras en nombre de la corona española. Allí visitó una aldea aborigen de la que huyeron sus moradores.
El sitio, denominado San Salvador por el Gran Almirante, fue motivo de polémicas durante mucho tiempo por la existencia de numerosos accidentes en el litoral, pero tras minuciosas investigaciones históricas se llegó a la conclusión de que este sitio es efectivamente por donde desembarcaron los navegantes. El hecho es rememorado allí con un monumento conmemorativo erigido en 1992, en Punta de Sabaneta, con motivo del aniversario 500 de aquel acontecimiento.
Para los científicos Antonio Núñez Jiménez (1923-1998) y el arqueólogo José Manuel Guash, Bariay es la Casa de Colón, y para el historiador de La Habana, Eusebio Leal Spengler (1942-2020), ese escenario simboliza la puerta que abre la ruta a la modernidad cubana.
Dentro de sus valores naturales destacan las lomas de Maniabón, en especial los accidentes orográficos de los cerros calcáreos de forma mogótica, sobre suaves formaciones colinosas de serpentina y la subyacente llanura.
Sobresalen elevaciones como la hoy denominada Mezquita de Colón, conocida por los habitantes de la zona como Teta de Bariay y descrita por el Gran Almirante en su diario: “Tiene sus montañas hermosas y altas como la Peña de los Enamorados, y una de ellas tiene encima otro montecillo a manera de una mezquita”,
Y hay mucho más, sobre todo para los amantes de las escaladas, pues aparecen el Cerro de los Portales (147 metros), el Cerro de Yabazón (246) y la Silla de Gibara (307). (PL)