Martes
07 de Enero  2025 

Garbanzo, un cultivo que se extiende

En los últimos años se desarrolla en algunas zonas orientales y occidentales de Cuba, con perspectivas en la llanura avileña


Miércoles 02 de Junio de 2004 | 12:00:00 AM 

Autor

Julio Juan Leandro

Un cultivo que en los últimos años se desarrolla en algunas zonas orientales y occidentales de Cuba, también tiene perspectivas en la llanura avileña.

Se trata del garbanzo, oriundo de las costas del Mediterráneo pero aclimatado a las condiciones ambientales cubanas.

Campesinos de los municipios de Majagua, Chambas, Florencia y Ciro Redondo, en Ciego de Ávila, dedican anualmente pequeñas parcelas al fomento de esta planta herbácea que produce una o dos semillas amarillentas y comestibles por vaina.

Expertos del Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales de la Agriocultura Tropical comenzaron hace unos años a evaluar variedades del garbanzo y finalmente eleccionaron la L-29 y la L-5 Ha, mejoradas genéticamente y adaptables a diferentes suelos cubanos.

Según los estudios, con unos 40 kilogramos de semillas por hectárea, una empresa agrícola puede obtener rendimientos de hasta dos toneladas en la misma superficie, en dependencia de la fertilidad y de las condiciones climáticas de la época.

Productores de las zonas de Marroquín y Mamonal, en los municipios de Florencia y Majagua, respectivamente, han sobrepasado la tonelada y media por hectárea sin utilizar el riego de agua.

Ellos señalan que el garbanzo es más resistente a plagas y enfermedades que otros tipo de frijol, no soporta la mucha humedad y, por ende, se desarrolla mejor en el período de sequía.

Especialistas consideran que las siembras deben hacerse entre el 15 de noviembre y el 10 de enero, aunque el momento óptimo es hasta diciembre. Aproximadamente a los 120 días los campos están de cosecha.

El alto poder nutritivo de la planta está avalado por el excelente aporte calórico, proteico y en cálcio, además de contener grasa, hierro y vitaminas del complejo B.

Entre las leguminosas destinadas al consumo humano tiene el mayor valor biológico, no sólo por su proteína, sino porque disminuye los índices de colesterol y previene los divertículos y otras enfermedades por el elevado contenido de fibra dietética.

Una toneladade de garbanzo ronda los mil dólares en el mercado mundial, mientras la semilla certificada para la reproducción supera los mil 500 y la básica se vende a precios más elevados aún, de ahí el valor económico de fomentar su producción.

Los territorios que más incursionan en este cultivo son Las Tunas, Holguín, Guantánamo, Sancti Spíritus, La Habana y Pinar del Río, especialmente con miembros de las cooperativas de crédito y servicios.

Comparte esta noticia