Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:21 pm
Reiterado es, dados los tiempos que corren, el llamado a una utilización y proliferación eficientes de los recursos renovables, en especial en los países subdesarrollados. En cuanto a alimentación concierne, el desarrollo de aprendizajes y apropiaciones tecnológicas se alzan como una necesidad creciente. Por ello, Cuba centra sus fuerzas en lograr una solidez científica y alimentaria. En este sentido, un producto marcadamente apreciado por su potencial calórico y la tradición culinaria arraigada en la Isla es el cerdo. A su estudio, reproducción y cuidado se dedica el Instituto de Investigaciones Porcinas.
Tal como subrayan los especialistas, la dificultad para los países del Tercer Mundo de transferir tecnologías de altos insumos desde los países industriales y económicamente avanzados, impulsa a la búsqueda de alternativas para el desarrollo de una ganadería sostenible.
En el caso del cerdo, además de sus relativas facilidades de cría y reproducción, su indiscutible ventaja como productor de carne y grasa a partir de sistemas y mecanismos infraestructurales no convencionales, que incluso implican menos recursos que otros modos, lo sitúan como muy pertinente si de alimentación y disponibilidad se trata. A esto se agrega la amplia posibilidad de reciclaje que permite su alimentación mediante desperdicios y subproductos del consumo humano. Asimismo, se aprovechan los derivados energéticos que facilitan el tratamiento de los residuales de la crianza porcina, con la finalidad de proteger el medioambiente y alternativamente producir alimentos, energía, fertilizantes, entre otros.
Teniendo en cuenta que la historia de la porcicultura cubana se ha ido construyendo a paso moderado pero sólido, y que las condiciones económicas de la Antilla Mayor impide una erogación constante y súper abundante de recursos, prevalece -pues resulta mucho más beneficioso- invertir en investigación que en la utilización de insumos, sobre todo cuando estos son importados. Por ello ha resultado tan esencial el quehacer del Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP).
Radiografía de un instituto
Constituido en 1972 el IIP es el centro científico y tecnológico rector de la Ciencia y la Técnica en la actividad porcina. Se trata de un polo científico de referencia tanto nacional como internacional, cuyo objetivo fundamental es desarrollar trabajos experimentales, dirigidos a responder a particularidades específicas de la producción porcina, en especial en contextos climáticos como el que exhibe Cuba y extender estos aprendizajes.
Basado en la perspectiva de buscar soluciones nacionales y ecológicamente amigables, el IIP ha asumido fundamentalmente aspectos relacionados con la genética, la reproducción y la nutrición de los cerdos, así como en el diseño de las instalaciones y la mecanización de los procesos más trabajosos y potencialmente industriales. Asimismo, temas como la organización de las unidades porcinas y el tratamiento de los residuales han sido medulares en el quehacer del Instituto.
La porcicultura cubana y sus demandas, se han atendido a lo largo de estos 40 años por el centro científico-técnico a la vez que ejecutan
proyectos y prestan servicios especializados con destino a productores independientes o afiliados, en la búsqueda de mayor cultura porcina y una superior calidad de los animales y sus derivados.
En particular, las investigaciones comprenden las áreas de genética, alimentación y manejo, fisiología digestiva, reproducción, informática, medio ambiente y bioseguridad animal. Y la misión organizacional se basa en satisfacer las demandas tecnológicas de la producción porcina mediante los resultados de la investigación científica, transferencia e innovación tecnológica y los servicios especializados, fortaleciendo el sistema de extensión y capacitación.
Han fomentado, igualmente, la colaboración nacional e internacional, y despliegan novedosas líneas de trabajo investigativo con la ejecución de proyectos integrales, dígase preservación y mejoramiento de los fondos genéticos, garantía de la salud animal a partir de la profilaxis y el manejo, desarrollo de tecnologías de alimentación no convencional a partir de mieles enriquecidas, la caña de azúcar y sus derivados, bananos, girasol, soya, otras leguminosas, sorgo, follaje de diferentes especies, residuos agropecuarios e industriales, producción de biomasa a partir de excretas porcinas, el cerdo como modelo humano en biomedicina y muchos otros.
Entre las principales tecnologías y productos que oferta el IIP destaca, por conexión con el productor directo, la asesoría y el entrenamiento en cuanto a aspectos tales como depuración de residuales mediante el uso de biodigestores para la producción de biogás, abono orgánico y biomasa, organización y manejo de los rebaños porcinos, sistemas para el mejoramiento genético y de alimentación no convencional, técnicas para estudios de fisiología digestiva e inseminación artificial, entre otros.
Del mismo modo, la inclusión de centros de procesamiento y evaluación de semen porcino facilitan a los productores la comercialización y adquisición de material biológico testado y capaz de garantizar la cualidad del animal, de conjunto con el diluyente y conservante adecuados.
Se agrega la facilidad que representa contar con plantas para el procesamiento del pienso líquido y la masificación de conocimientos sobre salud y bioseguridad que también garantizan la fortaleza, efectividad y durabilidad de los cerdos.
Incluso para debatir y propagar los aprendizajes dentro del ramo, se celebra periódicamente el Seminario Internacional sobre Porcicultura Tropical, que del 29 de mayo al primero de junio de 2012 protagonizará su V edición, con apoyo de la Sociedad Cubana de Porcicultores (SCP) y el Grupo de Producción Porcina (GRUPOR).
Este evento cuyo lema es "La sostenibilidad en la porcicultura", incluye a investigadores, profesores de la enseñanza superior, productores, estudiantes, así como a directivos y funcionarios de instituciones, organizaciones y empresas que analizarán la situación de la porcicultura en el área y las posibilidades de hacerla más eficaz y competitiva.
El programa científico cuenta con conferencias, talleres, mesas redondas, videos, presentaciones de temas libres en forma oral o gráfica. También consta de cursos satélites y una gira tecnológica para promover experiencias cubanas por lo cual la convocatoria capta cada vez más interesados.
Breves apuntes históricos
Refieren las fuentes consultadas que la rama porcina en Cuba comenzó a desarrollarse a un ritmo acelerado y creciente a partir de 1969 con la creación del Combinado Porcino Nacional como actividad especializada.
Posteriormente se dio un proceso de concentración e intensificación de la crianza porcina mediante la producción en ciclos continuos, el establecimiento de un programa genético nacional, la construcción de instalaciones porcinas en todo el país, la calificación de técnicos y trabajadores y la creación de la infraestructura necesaria. A la par, se introdujeron alimentos alternativos como los derivados de la caña de azúcar y el uso de desperdicios y subproductos.
Para la década de los 80s se estimaba que la producción porcina especializada en Cuba representaba alrededor de 70% de la producción total de carne, alcanzando el sector no especializado (estatal o privado) 30% restante y seguían desarrollándose procesos para mejorar e incrementar los rendimientos de la industria, sin embargo la llegada del Período Especial atentó contra todas las proyecciones y, luego de una pausa y caída drástica, el sistema porcino tuvo que reinventarse y adecuarse a las nuevas condiciones, creando una infraestructura que fuera a la vez más sustentable, económica y eficiente.
De tal modo, los ajustes se dieron tanto en la nutrición, la genética, la reproducción como la propagación y cría de los animales, en este entramado el Instituto de Investigaciones Porcinas ha desempeñado un papel fundamental que hoy permite exhibir especies creadas en Cuba a partir de cruzamientos, capaces de responder cada vez mejor a las necesidades alimenticias de la población.
Hoy, a la avanzada dentro de su sector, el Instituto de Investigaciones Porcinas se ocupa de propulsar los rendimientos al tiempo que lograr organismos cada vez más saludables y rentables, que lleguen también al campesinado y faciliten crecimientos tanto en el sector estatal como cooperativo y privado, todo con el fin de que la apreciada carne de cerdo pueda ser cada vez más un producto presente en los mercados de la Isla y se responda de modo eficiente a la política de reducción de importaciones que impulsa el Gobierno antillano.