Autor: Intranet Publicado: 21/06/2021 | 09:24 pm
Luego de 5 000 años de historia en la vida doméstica, el cerdo mantiene su relevancia en el panorama alimenticio moderno, acorde con los requerimientos, para su crianza y comercialización, de la contemporaneidad.
El V Seminario Internacional Porcicultura Tropical 2012, efectuado en La Habana, significó, sin dudas, una mirada hacia las prácticas y las exigencias de hoy y tuvo como centro el análisis de esa rama en Cuba y la zona y sus múltiples potencialidades para el desarrollo y la eficiencia, a la vez que pasó revista al comportamiento internacional.
Contó con un programa científico enfocado en la alimentación, la innovación, las perspectivas de la salud animal en la producción porcina, la reproducción, los estudios sobre cerdos criollos o de origen ibérico, el biogás, el medioambiente, la genética, la capacitación y el extensionismo.
Para Norberto Espinosa, director nacional del Grupo de Producción Porcina del Ministerio de la Agricultura (GRUPOR) y también presidente del comité organizador del encuentro, la realización de este intercambio técnico y especializado al tiempo que viabiliza los pasos hacia una organización superior del trabajo y su sintonía con el entorno, posibilita validar conocimientos, sobre todo en las alternativas para la alimentación animal con disminución de los costos. Se reconocen, además, mecanismos que favorecen la protección de la masa animal, expuesta a enfermedades, como la Peste Porcina Clásica.
El director precisa: "hemos ido a la búsqueda de fórmulas de alimentos que puedan ser sostenibles, e ir extendiéndolos, revalidándolos. Tal es el caso del uso de harinas de vianda, ensilajes de productos locales incluyendo otros tubérculos, el uso de producciones como el sorgo; opciones todas resistentes y de bajos insumos, que cada día ahorren más dinero destinado a la importación de alimentos para el cerdo que constituyen una gran factura para el país.
"Tenemos una tecnología que ahorra en la ceba, donde más se gasta insumos, y se obtienen cerdos de más de 85 kilogramos con alta calidad, capaces de sustituir todas estas importaciones, sin embargo, sabemos que son insuficientes, pues el país depende todavía de estas y este es el reto, de la ciencia, y también de los productores, por ello este seminario siempre es un importante paso de retroalimentación".
Por su parte, Francisco J. Diéguez Pineda, presidente de la Asociación Cubana de Porcicultores e Investigador del Instituto de Investigaciones Porcinas, enfatiza acerca de las positivas circunstancias para las producciones porcinas en la Mayor de las Antillas. En el caso de la nutrición señala: "el cerdo es un animal que acepta las cosas que se le dé, podría catalogársele incluso de noble en este sentido. Es por ello que nos hemos centrado en producir cerdo con insumos nacionales, o sea, reducir las importaciones.
"De hecho se trabaja con la agricultura, en particular con viandas como el boniato, la yuca, por ejemplo; utilizando los tubérculos y el forraje de estos cultivos, que es muy rico. La caña de azúcar da igualmente muchas posibilidades. Todas estas acciones han influido en que se reduzca la adquisición de cereales, lo cual implica una perspectiva más interconectada del proceso".
Otro aspecto de gran repercusión en el avance de la porcicultura cubana son las formas de producción, en particular la de sectores cooperativos campesinos y por convenio.
Al respecto, el Presidente de la Sociedad Cubana de Porcicultores acota: "contamos con un movimiento campesino-cooperativo muy fuerte que significa un gran porcentaje de la producción porcina nacional en este momento. Si vemos la cifra de modo genérico de los años 80, la gran producción era estatal especializada; eso ha variado totalmente. En la actualidad prácticamente 80 % de la producción, de una forma u otra, está en manos del sector cooperativo y campesino o de los productores como tal, incluso algunos que antes no estaban incorporados al ramo. Antes la significación de marco individual era relativamente pequeña en comparación con la repercusión del sector estatal. Ahora ha habido un cambio sustancial.
"Sin dudas, un paso importante en este sentido ha sido la producción de los cooperativistas y campesinos mediante los convenios porcinos, una idea magnífica que fructificó en el país. Por nuestra parte garantizamos la producción y el pie de cría porque la genética como patrimonio nacional sí tiene que ser del estado y de ahí provienen tanto las cerdas como los verracos, los animales de preceba que se contratan y demás".
De lleno hacia la sustitución de importaciones
Al estudio, reproducción y cuidado de los cerdos se dedica el Instituto de Investigaciones Porcinas (IIP). Soluciones compatibles desde el punto de vista ecológico y, sobre todo, rentables en cuanto a genética, multiplicación y alimentación de los suidos han sido el eje del quehacer de la entidad, esencial dentro del engranaje de la porcicultura cubana y sus resultados.
Así, partner indispensable de la Empresa Nacional de Genética Porcina, ambas entidades han reconfigurado la faz de la industria porcina en Cuba con un trabajo y programa biológico que cumplió 50 años. Recuerda Diéguez Pineda: "Teníamos una genética muy pobre antes de la Revolución, era extensiva, de cerdos criollos. No es que esta variedad sea mala, pero para incrementar los niveles de producción necesitábamos importar razas especializadas. Se fundó así una genética nacional con los centros especializados y se desarrollan los animales para la producción masiva y la cooperativa, ya sean la hembra comercial o el verraco terminal.
"Tanto el IIP, como la Empresa Genética trabajan en conjunto en la investigación, el desarrollo de nuevos genotipos, de novedosas formas de selección para mejorar la producción de los animales que, en definitiva, es nuestro objetivo primordial".
En este contexto alentadoras noticias remarcan la importancia de un trabajo constante, siempre en busca de la calidad. Según demuestran las cifras ha habido un crecimiento marcado de la disponibilidad de carne porcina gracias a las estrategias asumidas por la dirección y entidades de porcicultura. Beneficios que ya se dejan ver sobre todo en el sector turístico, como explica el Presidente de GRUPOR:
"La Isla avanza de forma lenta pero sucesiva en los niveles de producción, obteniéndose volúmenes superiores a otros años. Esto quiere decir que hemos crecido, a pesar de las limitaciones del bloqueo impuesto por Estados Unidos y que perjudica fundamentalmente los recursos, impide un desarrollo más acelerado de la actividad y adquirir más volúmenes de alimentos para cerdos. El récord de la etapa anterior había sido solo 102 000 toneladas y en los últimos años se logran más de 140 000 ton, cifra aún insuficiente y que nos pone ante el constante reto de crecer.
"Lo más significativo es que hemos evitado que el país tenga que erogar recursos importando la carne de elevada calidad para sectores que son la locomotora del país como el turismo. Hoy el país no planifica importar carne, ni siquiera los cortes valiosos, se están obteniendo ya con los beneficios y ahorros correspondientes", puntualiza.