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24 de Noviembre  2024 

Mejoramiento genético, quid en la recuperación equina

Los esfuerzos se encaminan a la cría, reproducción, preservación y desarrollo de las especies de  caballos del país e importadas, con énfasis  en el rescate de las descendientes de las traídas a la Isla por los conquistadores españoles


Jueves 22 de Agosto de 2013 | 12:00:00 AM 

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Cuba logró revertir en los últimos años  la tendencia decreciente de  la ganadería equina, gracias a la aplicación de una acertada política de manejo genético, que incluye el mejoramiento racial  de los animales  en manos del sector cooperativo y campesino.

Los esfuerzos se encaminan a la cría, reproducción, preservación y desarrollo de las especies de  caballos del país e importadas, con énfasis  en el rescate de las descendientes de las traídas a la Isla por los conquistadores españoles, como el Pinto cubano, el Patibarcino y el Criollo de trote -el preferido por los monteros del país para las labores ganaderas.

Aunque dócil y capaz de hacer cualquier trabajo, esa última especie fue sometida  desde antaño a reproductores  foráneos,  en busca de mayor alzada, por lo que actualmente hay gran cantidad de mestizos, en ocasiones de buena estampa, pero carentes de rusticidad y de poca resistencia para el  sol y el calor, defectos  que se pretende eliminar cruzándola  con otras razas más fuertes.

El método para  el mejoramiento genético es la gestación de la hembra con semen de los mejores ejemplares,  mediante  inseminación artificial -que eleva los niveles de fecundación-  o la monta directa.

De esa manera  se lleva a cabo la reproducción de otras variedades , como el Appaloosa, Español, Bbelga, Percherón, Poneys Welsh y Shetland.

A 500 años de su introducción en la Mayor de las Antillas, el  caballo continúa siendo imprescindible  como medio de transporte de pasajeros y mercancías, pero también se emplea  en  actividades  agrícolas, deportivas  y recreativas, y más recientemente en  la terapia asistida de pacientes  discapacitados.

Centros genéticos

Pertenecientes a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, unos 40 centros se dedican en el país al manejo, reproducción, entrenamiento y doma de caballos, atendidos  por miles  de  trabajadores, técnicos de nivel medio y profesionales.

Sobresale el ubicado en la finca La Guabina, en Pinar del Río, que exhibe una tasa de gestación por encima de la media nacional y muestra resultados alentadores  en el mejoramiento de los Appaloosa y Pinto cubano, avalados por numerosos premios en eventos agropecuarios.

Este centro ha entregado animales a todas las provincias del país y cuenta con una instalación de monta, cuya misión es contribuir al mejoramiento de las especies pertenecientes al sector cooperativo y campesino.

Por su parte, Rancho Azucarero, en la provincia de Artemisa,  se ocupa de la reproducción de  caballos de carrera pura sangre inglés y de la real raza holandesa.

La empresa  El Cangre, de Mayabeque, dispone de sementales de Criollo de trote con los que realiza cruzamiento en busca de animales resistentes para emprender  tareas de pastoreo.

Rancho Granadino, en Guantánamo, logra un alto índice de cría del Quarter Horse, introducido en Cuba por ganaderos estadounidenses en la década del 50 del pasado siglo.

Como se puede apreciar, estos establecimientos genéticos benefician   tanto a los ganaderos estatales, como campesinos, cuya dedicación en la tenencia y cuidado de los équidos es reconocida en las ferias agropecuarias que se celebran anualmente en varias provincias.

Otras acciones que favorecen a los ganaderos privados son las subastas de sementales, que permiten incrementar los puntos de monta para  difundir el material genético de las principales razas.

El mulo, aliado de los montañeses

Los mulos forman parte del paisaje del lomerío cubano. Al poseer pezuñas fuertes que aseguran su sujeción al terreno, bordean  con valor,  paciencia y pasos seguros  despeñaderos  y  precipicios, trasladando personas y pesadas cargas. Estos animales son híbridos, o sea son el resultado del cruzamiento entre burros sementales con yeguas y de caballos con burras.

Ante el déficit de estos útiles animales, por envejecimiento y otras causas, el país lleva a cabo un acelerado programa de reproducción, en el que intervienen el Ministerio de la Agricultura y la Empresa Nacional de Protección de la  Flora y Fauna y se extiende a todos los municipios  montañosos y a otras zonas rurales. 

A este empeño están incorporadas la granja La Amelia, y el Rancho San José, de la provincia de Camagüey,  la empresa pecuaria El Cangre, de Mayabeque y la granja Don Quijote, de Villa Clara.

El esfuerzo también se encamina a la formación del relevo de los arrieros, quienes conducen a estos équidos y con sus chiflidos los animan a caminar, en un pintoresco espectáculo, que forma parte de la identidad de la serranía.

Anualmente, desde hace una década, estos hombres tan compenetrados con sus animales, se reúnen y dan a conocer sus experiencias e inquietudes en el  Encuentro de Arrieros y Fabulaciones Serranas; en la última edición, efectuada en el municipio granmense de Buey Arriba, expresaron la necesidad de fomentar en los más jóvenes el interés por este oficio,  acelerar los ajuares de las recuas y aumentar el número de herreros.

Amar a los équidos

En la Isla, hay muchas personas que velan por la protección de los caballos, burros, mulos y ponies de cualquier maltrato.

También está creada la Sociedad Cubana de Amigos de los Équidos, perteneciente a la Asociación Cubana de Producción Animal (SOCAE), que ha reiterado  su llamado de ampararlos por ser útiles como medios de trabajo y transporte, para el deporte y la recreación, y por utilizarlos también como refugio espiritual  para aquellos que los quieren.    

Las organizaciones de base de la SOCAE en la provincia de Artemisa se dispone a brindar conocimiento y capacitación para ayudar a los poseedores de equinos al  desarrollo y manejo adecuado de estos, como mecanismo para evitar agravios. (SE) (Fuentes: AIN, revista Flora y Fauna)

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