Los esfuerzos se encaminan a la cría, reproducción, preservación y desarrollo de las especies de caballos del país e importadas, con énfasis en el rescate de las descendientes de las traídas a la Isla por los conquistadores españoles Autor: Julio A. Terrero Roger Publicado: 21/06/2021 | 09:17 pm
Cuba logró revertir en los últimos años la tendencia decreciente de la ganadería equina, gracias a la aplicación de una acertada política de manejo genético, que incluye el mejoramiento racial de los animales en manos del sector cooperativo y campesino.
Los esfuerzos se encaminan a la cría, reproducción, preservación y desarrollo de las especies de caballos del país e importadas, con énfasis en el rescate de las descendientes de las traídas a la Isla por los conquistadores españoles, como el Pinto cubano, el Patibarcino y el Criollo de trote -el preferido por los monteros del país para las labores ganaderas.
Aunque dócil y capaz de hacer cualquier trabajo, esa última especie fue sometida desde antaño a reproductores foráneos, en busca de mayor alzada, por lo que actualmente hay gran cantidad de mestizos, en ocasiones de buena estampa, pero carentes de rusticidad y de poca resistencia para el sol y el calor, defectos que se pretende eliminar cruzándola con otras razas más fuertes.
El método para el mejoramiento genético es la gestación de la hembra con semen de los mejores ejemplares, mediante inseminación artificial -que eleva los niveles de fecundación- o la monta directa.
De esa manera se lleva a cabo la reproducción de otras variedades , como el Appaloosa, Español, Bbelga, Percherón, Poneys Welsh y Shetland.
A 500 años de su introducción en la Mayor de las Antillas, el caballo continúa siendo imprescindible como medio de transporte de pasajeros y mercancías, pero también se emplea en actividades agrícolas, deportivas y recreativas, y más recientemente en la terapia asistida de pacientes discapacitados.
Centros genéticos
Pertenecientes a la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, unos 40 centros se dedican en el país al manejo, reproducción, entrenamiento y doma de caballos, atendidos por miles de trabajadores, técnicos de nivel medio y profesionales.
Sobresale el ubicado en la finca La Guabina, en Pinar del Río, que exhibe una tasa de gestación por encima de la media nacional y muestra resultados alentadores en el mejoramiento de los Appaloosa y Pinto cubano, avalados por numerosos premios en eventos agropecuarios.
Este centro ha entregado animales a todas las provincias del país y cuenta con una instalación de monta, cuya misión es contribuir al mejoramiento de las especies pertenecientes al sector cooperativo y campesino.
Por su parte, Rancho Azucarero, en la provincia de Artemisa, se ocupa de la reproducción de caballos de carrera pura sangre inglés y de la real raza holandesa.
La empresa El Cangre, de Mayabeque, dispone de sementales de Criollo de trote con los que realiza cruzamiento en busca de animales resistentes para emprender tareas de pastoreo.
Rancho Granadino, en Guantánamo, logra un alto índice de cría del Quarter Horse, introducido en Cuba por ganaderos estadounidenses en la década del 50 del pasado siglo.
Como se puede apreciar, estos establecimientos genéticos benefician tanto a los ganaderos estatales, como campesinos, cuya dedicación en la tenencia y cuidado de los équidos es reconocida en las ferias agropecuarias que se celebran anualmente en varias provincias.
Otras acciones que favorecen a los ganaderos privados son las subastas de sementales, que permiten incrementar los puntos de monta para difundir el material genético de las principales razas.
El mulo, aliado de los montañeses
Los mulos forman parte del paisaje del lomerío cubano. Al poseer pezuñas fuertes que aseguran su sujeción al terreno, bordean con valor, paciencia y pasos seguros despeñaderos y precipicios, trasladando personas y pesadas cargas. Estos animales son híbridos, o sea son el resultado del cruzamiento entre burros sementales con yeguas y de caballos con burras.
Ante el déficit de estos útiles animales, por envejecimiento y otras causas, el país lleva a cabo un acelerado programa de reproducción, en el que intervienen el Ministerio de la Agricultura y la Empresa Nacional de Protección de la Flora y Fauna y se extiende a todos los municipios montañosos y a otras zonas rurales.
A este empeño están incorporadas la granja La Amelia, y el Rancho San José, de la provincia de Camagüey, la empresa pecuaria El Cangre, de Mayabeque y la granja Don Quijote, de Villa Clara.
El esfuerzo también se encamina a la formación del relevo de los arrieros, quienes conducen a estos équidos y con sus chiflidos los animan a caminar, en un pintoresco espectáculo, que forma parte de la identidad de la serranía.
Anualmente, desde hace una década, estos hombres tan compenetrados con sus animales, se reúnen y dan a conocer sus experiencias e inquietudes en el Encuentro de Arrieros y Fabulaciones Serranas; en la última edición, efectuada en el municipio granmense de Buey Arriba, expresaron la necesidad de fomentar en los más jóvenes el interés por este oficio, acelerar los ajuares de las recuas y aumentar el número de herreros.
Amar a los équidos
En la Isla, hay muchas personas que velan por la protección de los caballos, burros, mulos y ponies de cualquier maltrato.
También está creada la Sociedad Cubana de Amigos de los Équidos, perteneciente a la Asociación Cubana de Producción Animal (SOCAE), que ha reiterado su llamado de ampararlos por ser útiles como medios de trabajo y transporte, para el deporte y la recreación, y por utilizarlos también como refugio espiritual para aquellos que los quieren.
Las organizaciones de base de la SOCAE en la provincia de Artemisa se dispone a brindar conocimiento y capacitación para ayudar a los poseedores de equinos al desarrollo y manejo adecuado de estos, como mecanismo para evitar agravios. (SE) (Fuentes: AIN, revista Flora y Fauna)