Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:29 pm
Reordenar las capacidades del sector agrícola en cuanto a producción y comercialización constituye también la máxima medible en los planes de producción de los cafetaleros cubanos, inmersos en un plan de desarrollo que paulatinamente permitirá sustituir las importaciones que se realizan cada año para mezclar con las producciones del patio.
Para 2020 se prevé alcanzar un acopio de 23 160 toneladas, necesarias para cubrir la demanda del consumo nacional, incrementar las exportaciones y oxigenar la economía de la Isla.
Tradicionalmente el café ha sido para los cubanos un plato más en la mesa. Es por ello que cada año se importan alrededor de 8 000 toneladas para cubrir la demanda de los consumidores nacionales, así lo refirió a OPCIONES Elexis Legrá Calderín quien funge como director de Café y Cacao y Bases Productivas del Grupo Empresarial de Agricultura de Montaña (GEAM), perteneciente al Ministerio de la Agricultura.
Según el Directivo, el primer impacto del programa de recuperación cafetalero será palpable en el año 2016 cuando se esperan acopiar más de 12 000 toneladas distribuidas en 710 349 hectáreas. El rendimiento promedio que se espera, 0,27 toneladas por hectárea, significará un sensible incremento comparado con las producciones actuales las cuales no rebasan las 50 000 hectáreas y a las que hay dedicados más de 69 000 formas productivas entre productores agropecuarios y el sector empresarial.
Recuperar el reinado del café
Según fuentes especializadas en la década de los años 60 Cuba producía y comercializaba más de 62 000 toneladas de café y habilitaba cada año para las cosechas cerca de 194 000 hectáreas. Todo ello, unido a la mano efectiva del hombre y a un moderno proceso de tecnificación de sus áreas cultivables, la ubicaba entre los países más productores de América Latina.
La caída del campo socialista significó un abrupto retroceso para el sector agrícola debido a que, casi en su totalidad las semillas certificadas, los insumos y el paquete tecnológico que acompañaban los cultivos eran facilitados desde el Este europeo. A inicios de la década de 2000 la producción cafetalera, luego de la implementación de cuantiosas medidas de reordenamiento, comenzó a rebasar los niveles de improductividad a que estuvo sometida.
Según Legrá Calderín, entre las acciones principales que sustentan el programa de recuperación y desarrollo hasta el año 2020 están: la transformación de las áreas por renovación, o sea, siembra nueva y rehabilitación, que en su conjunto ya superan las 30 000 hectáreas; la aplicación de fertilizantes a las plantaciones, estrategia que ha beneficiado alrededor de 40 % de ellas y que debe continuar en ascenso en los próximos años; y el fortalecimiento del programa de capacitación por medio de las estaciones de investigación de café y cacao que adiestraron a los integrantes de las estructuras productivas en cada municipio cafetalero del país.
"Paralelamente a las acciones agrícolas se trabaja en la transformación de la industria del café con el propósito de aumentar los niveles de calidad -factor clave que identifique la producción cafetalera- y que hoy tiene resultados deficientes pues en la zafra 2013-2014 se incumplió con el proceso de despulpe de las cerezas", argumentó.
En total se despulparon 2 577 toneladas de café arábico y 477 toneladas de robusta, 6 % menos que lo planificado, 80 % en el arábico y 22 % menos que 40 % planificado en el caso del robusta. El Especialista añadió que "este resultado trajo consigo que no se obtuvieran las cantidades de café contratadas por surtidos de calidad con los principales clientes, pues sólo pudo catalogarse como primera calidad 45 % del café recolectado y procesado".
Según el estudio de factibilidad del Programa de Café y Cacao, rectorado por el Ministerio de la Agricultura y que inició en el año 2012, para transformar los parámetros de calidad se pretenden modificar 261 despulpadoras, 26 centros de beneficio secos y cuatro plantas procesadoras de café que constituyen la infraestructura principal.
Para beneficiar el grano húmedo y seco se sustituirán 54 despulpadoras tradicionales por otras de tecnología de punta, de las cuales ya 32 deben incorporarse a la cosecha 2014-2015 para mejorar significativamente este proceso.
El programa incluye también la sustitución de 10 molinos descascaradores; modernizar las cuatro procesadoras existentes; la reparación capital de secadoras-guardiolas; la construcción de silo-secadores criollos para ampliar el secado por vía artificial y la reparación de 200 000 metros de secaderos, así como la construcción de 80 000 metros más.
Despulpar las soluciones
En la actual cosecha cafetalera 2013-2014 se acopiaron 6 105 toneladas de café para cumplir el plan a 98 %, cifra distante de los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda de consumo nacional que asciende a 24 000 toneladas anuales; y aunque existe un ligero ascenso productivo respecto a años anteriores, diversos factores contrarrestaron los niveles esperados.
Santiago de Cuba y Granma resultaron las provincias cumplidoras de la zafra, mientras que Guantánamo, Holguín, Artemisa y Pinar del Río presentaron dificultades relacionadas con factores organizativos de la fuerza de trabajo, escaso seguimiento y control a las cosechas y mal funcionamiento de las comisiones encargadas de velar por la calidad.
A lo anterior se suma la desmotivación de los productores que se desplazan hacia otras producciones mejor remuneradas relacionadas con los cultivos varios, pero Legrá asegura que en estos momentos se desarrolla una revisión de los precios del café para articular un sistema de pago más estimulante con respecto a los anteriores.
Por otro lado, puntualiza que, en vísperas de alcanzar mayores rendimientos, la apuesta es introducir en el país un sistema de cultivo más intensivo y tecnificado que permita elevar la producción y optimizar las cosechas.
Respecto a la recolección de cacao Legrá Calderín explicó que constituye de igual modo un renglón de prioridad en el sistema de la agricultura, con notables resultados técnico-productivos, pues, aunque todavía es un rubro en desarrollo, el pasado año se vendieron a la industria confitera 1 500 toneladas y se destinaron a la exportación hacia países europeos alrededor de 200 toneladas.