Autor: Internet Publicado: 21/06/2021 | 09:33 pm
Desde que en 2007 el gobierno cubano declaró la seguridad alimentaria como una prioridad nacional, decisión ratificada en 2012 con la aprobación de los nuevos Lineamientos de la Política Económica y Social, el sector agroalimentario en el país dinamiza su desarrollo a nivel local potenciando producciones que contribuyan a disminuir importaciones.
A este empeño nacional se ha sumado la cooperación internacional, en especial el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que mediante el proyecto Palma (Programa de Apoyo Local a la Modernización Agropecuaria) ayuda a fortalecer las capacidades productivas y de servicios en 37 municipios de la Isla.
El proyecto tiene como objetivo fomentar la renovación tecnológica en la actividad agraria con la entrega de equipamientos e insumos, partiendo de la priorización de las necesidades, para avanzar -mediante el autoabastecimiento-, en la plena respuesta de la demanda nacional de alimentos, que depende actualmente de las importaciones en 80 % , generando una factura para la balanza comercial del país de 1 500 millones de dólares, como promedio anual en los últimos seis años.
La iniciativa, rectorada por el Ministerio de la Agricultura (Minag) con el apoyo de la Unión Europea y de la Agencia de Cooperación Suiza para el Desarrollo, ha logrado vincular los polos de producción agroalimentaria y establecer un enfoque de cadena que ha permitido, entre otros resultados, elevar el coeficiente de gestión y producción en numerosos sectores y actores de la economía.
Entre las estrategias trazadas, estuvieron la municipalización de la gestión de la rama agropecuaria y la descentralización de la producción agraria, que con la entrega de tierras ociosas en usufructo (Decreto Ley 259) y la creación de las delegaciones municipales de la agricultura, fortalecieron en gran medida el sector productivo no estatal (cooperativas) y los distintos niveles de la gobernabilidad local.
Beneficiarios y actores participantes
Para cumplir con el cronograma de implementación, Palma dirige sus beneficios a un amplio número de actores estatales y cooperativos de tres tipos de sectores: el productivo, la gestión pública y los servicios, y el educativo técnico-profesional. Indirectamente se han beneficiado casi 3 000 000 de habitantes de los 37 municipios donde actúa, quienes han mejorado su seguridad alimentaria a partir de la disponibilidad de los alimentos que resulta de los incrementos en las producciones de las entidades beneficiadas.
Entre los actores figuran el Minag, como máximo órgano responsable en el país de la ejecución del programa; las cooperativas y productores, garantes de la producción de alimentos a escala local; los centros de investigación, participantes en la formación, capacitación y acompañamiento en los diferentes subprogramas; los gobiernos locales y las delegaciones de base de la agricultura, que deciden en las proyecciones estratégicas y la implementación a nivel territorial; y las organizaciones de la sociedad civil, encargadas de la asesoría, capacitación y formación de las capacidades técnicas.
Resultados
Mediante un amplio proceso participativo que involucró a más de 3 500 productores, técnicos y empresarios locales y nacionales se identificaron más de 500 recursos diferentes para beneficiar a más de 11 000 nuevos usufructuarios de tierras que estaban ociosas, 366 cooperativas (CCS, CPA y UBPC), 150 entidades de servicios (suelo, veterinaria, sanidad vegetal, biofábricas,), 21 Institutos politécnicos agropecuarios, 37 delegaciones municipales y cinco provinciales de la Agricultura; más de 20 lugares para la capacitación, 22 mini industrias locales y cerca de 20 entidades facultadas del almacenamiento y comercialización de los alimentos.
Entre los recursos más relevantes que aportó el proyecto se destacaron insumos, herramientas y pequeños equipos para la producción agropecuaria y los servicios, sistemas de riego y de cultivo protegido, reparación y compra de maquinaria e implementos agrícolas, equipos de transporte y de computación.
En las cinco zonas geográficas donde actúa el Palma (Pinar del Río, Sancti Spíritus, Granma, Santiago de Cuba y Guantánamo), se aprecian mejoras, partiendo de la concepción del desarrollo humano local con un enfoque cualitativo centrado en las personas, en sus necesidades y en sus relaciones con la naturaleza.
Durante el período 2010-2011 las 366 cooperativas beneficiadas tuvieron incrementos, sobre todo en granos y hortalizas (70 %) y en menor medida en leche y carne (entre 10 y 20 %). En todos los rubros productivos superaron a sus similares de las respectivas provincias y del país.
Aunque representan solamente 13 % de las existentes en los territorios, el peso de sus incrementos oscila entre 15 % y 70 % de los totales registrados allí. Asimismo, el cálculo del valor de las importaciones sustituidas por los crecimientos en la producción demuestra que en un solo año (2011-2012) se logró un ahorro equivalente a los costos acumulados por el programa durante los tres años de implementación.
La renovación tecnológica del sector incrementó la superficie agrícola cultivada; más de 13 000 nuevos productores que recibieron tierras ociosas adquirieron herramientas e insumos para la labor agropecuaria; aumentó el área agrícola bajo riego, se entregaron más de 500 sistemas de regadíos que cubren cerca de 1 200 hectáreas; se potenció el manejo intensivo de la ganadería, con 3 103 cuartones creados, fueron habilitados 157 micro-ordeños, instalados más de 100 molinos de viento y 100 tanques refrigerados para el acopio de leche, y se mejoró la capacidad de análisis de los servicios veterinarios a nivel local.
Lo anterior contribuyó a que se incrementara la gestión del sector agrícola y la comercialización de los productos agropecuarios en los 37 municipios, mediante la implementación de un plan descentralizado de gestión que integró a los productores locales en entidades capaces de vender y distribuir los alimentos, utilizando y aplicando los mecanismos existentes en la nueva estrategia nacional.
En otro ámbito, el enfoque participativo y la priorización de las necesidades determinó que en el periodo de implementación del proyecto Palma se vigorizó la producción de semillas, biofertilizantes y bioplaguicidas a nivel local con la creación de 50 nuevas fincas de semillas fortalecidas para pastos y cultivos varios, se equiparon los laboratorios locales de simientes y suelos y los centros locales para la producción de entomófagos y entomopatógenos.
La actividad agrícola mecanizada avanzó con la importación de 75 nuevos tractores y la entrega de otros 160 remotorizados en el país, 100 máquinas forrajeras, más de 50 motocultores y moto sierras y cerca de 1 400 implementos para la preparación de tierras.
También se fortaleció el parque automotriz local encargado del acopio y distribución de las producciones agropecuarias, con cerca de 50 camiones remotorizados.
Si bien los resultados en la primera fase satisfacen las expectativas de la región en desarrollo, aún queda mucho por hacer en otras zonas productivas y de interés del territorio nacional, donde también la poca disponibilidad de recursos e insumos perjudican el desarrollo eficiente del sector agroalimentario y vetan el coeficiente productivo del campesinado y de los productores de menor y mayor escalas. La asociación con el capital económico internacional se muestra como una solución para los problemas piramidales de la agricultura cubana.