Autor: Miguel Rubiera Justiz Publicado: 21/06/2021 | 09:33 pm
Para asombro de los vecinos de la zona rural de San Felipe, que tantas veces pasaron por el lugar sin saber los valores ocultos entre la maleza, vieron la luz las ruinas de la antigua hacienda Santa Paulina, construida en el siglo XIX en la región oriental.
Gracias a los trabajos arqueológicos de la Oficina del Conservador de la Ciudad de Santiago de Cuba, poco a poco emergen estructuras vinculadas al café como tanques de fermentación y almacenamiento de agua, redes de canales y muros.
También la escalinata de acceso a la casa señorial, que estuvo ubicada en lo alto de una colina con unas hermosas visuales de esa comunidad montañosa, perteneciente al actual Consejo Popular de Ramón de las Yaguas, en el municipio cabecera.
Yaumara López Segrera, al frente del equipo de arqueología, manifestó que ese es uno de los cafetales más antiguos de la zona, y por las referencias de archivo se concluyó que ya en la segunda mitad del siglo XIX era un casco, es decir, estaba abandonado.
Quizá dijo, las áreas de cultivo aún eran explotadas dada su vinculación a la hacienda Fraternidad, a casi un kilómetro y de los mismos dueños de Santa Paulina.
Llama la atención el sitio donde estuvo la vivienda, en una colina y levantada de forma inteligente, con varios accesos que permitían disfrutar del paisaje natural circundante, precisó.
Ahora, apuntó López Segrera, estamos limpiando la zona donde se diseminan los restos de las estructuras, antes cubiertas de vegetación, para luego comenzar la investigación arqueológica con métodos científicos.
Especialistas de la Oficina del Conservador trabajan en el proyecto Los caminos del café, que se ejecuta de conjunto con la Fundación Malongo, franco-belga, y la Unión Europea para salvar el patrimonio cafetalero en esta región de Cuba.
Precisamente, Fraternidad será el punto de partida en el recorrido del Circuito Dos en Ramón de las Yaguas, con un museo interactivo, donde los visitantes conocerán la vida de un cafetal, como la floración de la planta, el fruto, su recogida y el procesamiento para su degustación.
La construcción de esta última fue lineal, en un mismo nivel, a excepción de los canales que conducían el agua por gravedad, a diferencia de Santa Paulina que transportaba el líquido en terrazas.
Un centenar de haciendas cafetaleras se erigió por familias francesas con sus esclavos en las montañas del Oriente del país, donde se refugiaron luego de la Revolución de Haití.
Santa Paulina es una de esas, una joya patrimonial que emerge para ser admirada por nacionales y extranjeros. (AIN)
