Autor: Sheryl Márquez Vega Publicado: 03/11/2025 | 07:52 am
La Universidad de La Habana hizo historia en el ecosistema académico cubano al constituir oficialmente
AgroSano, la primera PYME de capital estatal de la institución académica, lo cual demuestra el impacto de las instituciones del conocimiento; a partir del vínculo entre los productores y los investigadores con proyectos universitarios.
Esta iniciativa estratégica tiene como objetivo transformar el conocimiento científico en soluciones concretas para el sector agropecuario del país. AgroSano establece un puente directo entre las aulas, los laboratorios y los campos de cultivo. Con este, la Universidad de La Habana apuesta por un modelo de impacto directo en el desarrollo sostenible, la innovación científica y la soberanía alimentaria del país.
El producto principal de los laboratorios de AgroSano, el Biobras-16, es un bioestimulante que fomenta el desarrollo y el crecimiento en el cultivo de plantas. La empresa ha entregado un primer lote de 500 litros del producto a la empresa TabaCuba.
Al respecto, Marino Murillo, presidente del Grupo Empresarial Tabacuba, destacó que el Biobras-16 tendrá un
alto impacto en la productividad de sus campos y contribuirá signifi cativamente a la sustitución de importaciones.
“Hoy es un día histórico para la Fundación de Innovación y Desarrollo de la Universidad de La Habana. La
alianza entre AgroSano y TabaCuba es un logro extraordinario que demuestra la solidez de nuestra institución, la calidad de la investigación científica y la excelente preparación de nuestros profesionales”, destacó la Doctora Miriam Nicado, rectora de la Universidad de La Habana.
La historia del bioestimulante Biobras-16 comenzó en 1998. El entonces joven investigador Francisco Coll y su equipo observaron que el producto en desarrollo contenía moléculas similares a otras conocidas por estimular el crecimiento de las plantas. Motivados por este hallazgo, establecieron alianzas con instituciones como el INCA para probar y validar el producto en diferentes cultivos.
La práctica en el campo transformó la investigación. Los productores que utilizaban el compuesto comenzaron a reportar sus resultados, lo que permitió refinar el conocimiento sobre el producto y los modos de aplicación óptimos para cada cultivo. Se evidenció un efecto amplio y positivo en una variedad significativa de plantas, desde hortalizas hasta granos y flores.
El interés por este producto traspasó fronteras, probándose en suelos tan diversos como los de Costa Rica, Colombia, Chile, Ecuador, Venezuela, España, Bielorrusia y Ucrania. Sin embargo, este crecimiento chocó con una limitante: la producción seguía anclada al laboratorio docente, lo que imposibilitaba escalarla a un nivel comercial.
Vilma Hidalgo de los Santos, directora de la Fundación de Innovación y Desarrollo de la Universidad de La Habana, destacó que -a pesar de esfuerzos anteriores por mantener una comercialización estable-, no se logró sostener la producción. Por ello, el momento actual tiene una doble importancia. En primer lugar, la constitución de AgroSano como una empresa pública, incubada en la fundación, representa un nuevo y viable esquema de innovación. Además, el apoyo de Tabacuba permite un modelo de financiación que asegura la entrega del producto para la agricultura urbana.

Miriam Nicado, rectora de la Universidad de La Habana destacó la importancia de esta alianza en materia de ciencia e innovación. Foto: Sheryl Márquez Vega
Un nuevo equipo tomó el relevo de las investigaciones desarrolladas desde 1998. Al frente, la Dra. C. Yamilet Coll García, hija del Dr. Francisco Coll, destacó que la visión actual se centra en consolidar una empresa donde este bioestimulante sea el producto principal. Con miras al futuro, la Dra. Coll anticipa que este mismo principio activo abre la puerta a nuevas formulaciones e incluso al desarrollo de otros productos innovadores para la agricultura.
El principio activo de Biobras-16 es una hormona brasinoesteroide. La brasinolida, la primera hormona vegetal de su tipo descubierta en 1979 en el polen de Brassica napus (nabo), es la que le da nombre. Este producto aumenta el rendimiento agrícola y la resistencia de las plantas en condiciones de estrés, como escasez de agua, cambios de temperatura, plagas y salinidad. No es tóxico para el productor, la planta ni el medio ambiente. Además, mejora la calidad de los cultivos, estimula el crecimiento de las plantas, homogeniza la floración y evita el aborto de las flores, según destacó la investigadora. Además, puede mezclarse con otros agroquímicos, como fertilizantes, insecticidas y fungicidas, y es soluble en agua.
El equipo de trabajo también lo integran María Karla Losas Acosta, estudiante de cuarto año de Química, y el
joven licenciado Ernesto Díaz Infante. Para ambos, esta ha sido una oportunidad profesional que les permite poner en práctica y observar los resultados de los conocimientos adquiridos en la academia.
En medio de los esfuerzos del país por vincular de forma más estrecha la industria y la academia, sustituir importaciones y alcanzar soberanía alimentaria, AgroSano y Biobras-16 se erigen como una muestra clara de estos resultados.(Tomado de Tribuna de La Habana).








