Viernes
18 de Octubre  2024 

El litio de la prosperidad o de las amenazas


Sábado 13 de Julio de 2024 | 12:38:45 PM 

Autor

Hedelberto López Blanch

Cuando en las naciones en desarrollo se descubre cualquier  yacimiento mineral como el litio, el oro o el petróleo, las expectativas de prosperidad afloran para sus pueblos, pero también significa una amenaza para sus soberanías e independencias.

Esto ha ocurrido a lo largo de la historia de la humanidad cuando naciones más poderosas se lanzan a conquistar regiones ricas en materias primas para utilizarlas a su favor, ya sean económicos, políticos o militares.

En la era actual, la principal nación que se ha caracterizado por adueñarse de los recursos de otros países ha sido Estados Unidos que mediante guerras, golpes de Estado o por la introducción de sus compañías transnacionales con acuerdos leoninos, ha controlado fuentes minerales en diversas regiones del mundo con el consecuente perjuicio para sus pueblos.

Un mineral sumamente importante para el desarrollo científico-técnico y de capitales es el litio que se usa en la fabricación de productos electrónicos de alta tecnología como teléfonos móviles, ordenadores portátiles, baterías de vehículos eléctricos y otros múltiples empleos.

Este mineral se encuentra en las salmueras, que son acumulaciones de agua salada o en compuestos de roca dura llamados espodumeno y lepidolita.

El litio se cotiza en la actualidad a 46 000 dólares por tonelada y se espera que en los próximos 15 años su precio se multiplique más de 30 veces.

Resulta que los mayores volúmenes han aparecido en América del Sur, específicamente en Bolivia, Chile y Argentina que disponen del 53 % de las reservas mundiales descubiertas hasta ahora. Por esa razón muchos intereses extranjeros, principalmente los de Estados Unidos, (que aun considera a la región como su patio trasero) tienen sus ojos, o “garras” puestos sobre esta.

Bolivia cuenta con 21 millones de toneladas de litio, Argentina 18,3 millones y Chile 9,6 millones.  

Desde décadas pasadas la industria minera en América Latina, por el saqueo de las naciones desarrolladas mediante las compañías transnacionales, han dejado un largo rastro de miseria y devastación ambiental a sus pueblos y territorios.

Un informe reciente de la Agencia Internacional de Energía indicó que la demanda del litio aumentará 42 veces en 2040, particularmente en la fabricación de baterías para autos eléctricos y artículos electrónicos de todo tipo.

Y como era de esperar, bajo esas certificadas riquezas, aparecen las garras del depredador en la voz y gestión de la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la generala Laura Richardson quien ha visitado en varias ocasiones Argentina y Chile.   

Durante una intervención ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes la generala se preguntó el porqué otros países extraen recursos de América Latina y en especial del llamado Triangulo del Litio (como China).

Con voz apaciguada pero firme, como la de una experimentada militar, sentenció: “Esta región está llena de recursos y me preocupa la actividad maligna de nuestros adversarios que se aprovechan de ello, aparentando que están invirtiendo cuando en realidad están extrayendo”.

En su último viaje a la Argentina en abril de 2024 y tras reunirse con el presidente Javier Milei y miembros del gobierno, habló de la cooperación de seguridad y enfatizó: “Muchos piensan que lo militar es el ’poder duro’, pero lo que haré en el Comando Sur con las 28 democracias en la región es centrarme también en el ‘poder suave’.

Resulta entonces muy sintomático que el 26 de junio último, mientras el presidente boliviano Luis Arce sostenía una reunión en la Casa de Gobierno, la Plaza Murillo fue invadida por militares quienes rompieron la puerta del Palacio Quemado para luego intentar tomar el Órgano Ejecutivo.

El presidente Arce enfrentó al jefe de la sedición, quien tras pensar que tenía dominio de la situación dio la orden de liberar a todos “los presos políticos”, incluidos la expresidenta de facto, Jeanine Añez; Luis Fernando Camacho y otros implicados en el golpe de Estado de 2019 contra Evo Morales.

Finalmente, la situación fue controlada por la intransigente posición de Arce, el apoyo del pueblo y de las organizaciones obreras y sociales: los cabecillas golpistas fueron detenidos.

Días antes, la Cancillería boliviana había citado a la encargada de Negocios de la Embajada de Estados Unidos, por supuestos actos de injerencia en la política interna del país. La Asociación de Familiares de Detenidos, Desaparecidos y Mártires por la Liberación Nacional (Asofamd), denunció que esa sede “opera en Bolivia a través de varias organizaciones de la sociedad civil, las cuales dicen defender los derechos humanos.

Todo parece indicar que ha sido una nueva táctica de golpe de Estado blando, es decir, los elementos de extrema derecha con conexiones directas con Estados Unidos toman el poder sin muchas víctimas, dejan al presidente en su puesto y lo obligan a seguir sus órdenes.

Al parecer el litio que posee Bolivia, además de representar una fuente de riqueza para el país y su pueblo, también significa una amenaza por las ansias de Estados Unidos de poderlo controlar. La alerta está dada.

 

 

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