Unos 5 800 animales, entre los sectores estatal y cooperativo-campesino, se destinan al engorde de forma estabulada o semiestabulada, con el máximo de calidad y exigencia en el cumplimiento de los contratos.
La más reciente de esas unidades radica en la empresa genética pecuaria de la Isla de Turiguanó, que cuando esté completa tendrá capacidad para unos 1 000 cuadrúpedos, informó a la AIN Eddy López Palomino, especialista en ganadería.
Dijo que también hay centros robustecedores de búfalos en los municipios de Venezuela, Chambas y Bolivia, con la particularidad de que consumen menos forraje que los bovinos y se nutren más rápido.
Los productores tienen áreas de cría que garanticen toretes de bovinos con buenas condiciones para la estabulación y suministran al rebaño caña de azúcar, king grass y pienso criollo, indicó Leonardo Pérez, experto en pecuaria.
Un total de 45 cebaderos están vinculados a la Unión Militar Agropecuaria (UMA), cuyas experiencias aplican con eficiencia colectivos de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños.
Sobresale José Ángel Guerrero, de la cooperativa de crédito y servicios Genaro Ortega, de Majagua, que este año sus rumiantes vendidos al Estado promediaron 462 kilogramos, 40 por encima de lo previsto, explicó Humberto Llorén Puig, técnico de la UMA.
Ortega es el único campesino avileño que engorda toros, cerdos y ganado ovino-caprino, además de los cultivos en su finca de 26 hectáreas.
Ciego de Ávila posee también seis fincas donde son nutridas las vacas no aptas para la reproducción que requieren de mayor peso antes de ser sacrificadas.