Sustituir a corto plazo las importaciones de alimentos que puedan cosecharse con eficiencia en Cuba, es la aspiración máxima del principal polo productivo de Ciego de Ávila.
Se trata de la Empresa de Cultivos Varios La Cuba y las cooperativas de producción agropecuaria (CPA) Paquito González, 26 de Julio y Revolución de Octubre, todas parte de un prometedor conjunto agrícola radicado en el municipio de Baraguá.
Sus campos fueron azotados en varias ocasiones por ciclones y otros fenómenos climáticos, pero siempre se han recuperado para garantizar alimentos para esa y otras provincias.
Cuando en el país se discute el Proyecto de Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, estos labriegos exhiben como cartas credenciales la vinculación al área y a los resultados finales productivos.
Los de La Cuba están organizados en unidades empresariales de base, mientras los cooperativistas lo hacen en brigadas, para atender en total unas 10 736 hectáreas agrícolas y pecuarias, el ciento por ciento de la superficie que ocupa el polo.
Colaboración y eficiencia
La ayuda recíproca ha sido determinante en los acopios vianderos, hortícolas y frutícolas, entre cuyos compromisos figura recolectar en conjunto unas 60 000 toneladas de alimentos este año.
Carlos Blanco Sánchez, director de La Cuba, asegura que otros objetivos son aumentar los rendimientos con la diversificación, la rotación y el policultivo, el empleo eficiente de los recursos y la armonía agricultura-medio ambiente.
La eficiencia está respaldada, dice, por la ganancia en 2010 de un millón de pesos en su colectivo y entre cinco y seis millones de pesos en las tres cooperativas.
Ello está dado porque la correlación salario-productividad registro 0,89 %, según los resultados económicos hasta el cierre de noviembre.
Blanco Sánchez apunta que aún deberán aprovechar más racionalmente el riego en las plantaciones, donde la técnica por aniego siempre tiende al encharcamiento, sobre todo en las áreas plataneras.
Ramón Ramos Rodríguez, jefe allí de una unidad empresarial de base, considera que es vital la reposición de la fuerza laboral en este sector y lograr su permanencia, además de elevar la capacitación sobre agronomía y mecanización.
Ramos opina que es necesario estimular, por toda las vías, a los innovadores y racionalizadores, quienes con sus inventivas muchas veces resuelven graves problemas al rescatar máquinas y otros equipos.
En armonía con la industria
Este polo realiza sus ventas mediante la Empresa de Acopio cuando es para los mercados agropecuarios, y directamente si se trata de la industria conservera, a la cual entregan plátano, fruta bomba y otros renglones que elabora el Combinado de Cítricos de Ceballos para reemplazar importaciones.
La empresa y las tres cooperativas también tributan pimientos y otros alimentos en el mercado de frontera, cosechados durante todo el año en sus casas de cultivos protegidos.
En La Cuba funciona desde 2006 una pequeña industria de tecnología española que elabora una veintena de encurtidos de vegetales para los destinos turísticos, y los ingresos por estas producciones se revierten en nuevas inversiones.
José Alberto González, presidente de la Paquito González, expresa que es imprescindible aumentar la recolección, pero también proteger el manto freático.
Agrega que ya disponen de bancos de semillas y reciben ayuda del Ministerio de la Agricultura y de sus institutos de investigaciones.
La agrupación que dirige José Alberto se caracteriza por su sentido de pertenencia, y un buen ejemplo lo ofreció en el último balance anual el agricultor Germán Almaguer Palacio, quien acumuló 364 jornadas, en las cuales devengó 17 671 pesos con 51 centavos.
Varios de los anapistas superaron esos ingresos, como Yunier Cruz Pérez, que en 349 días de labor percibió 21 019 pesos con 53 centavos, sumando el anticipo y la utilidad del análisis final productivo.
Las tres cooperativas dieron el año anterior una gran batida al marabú, entre, la Paquito González, que chapeó manualmente 871 hectáreas y las incorporó a sus cultivos.
Es muy importante crecer en la productividad del trabajo, la disciplina, el nivel de motivación y los estímulos, todo lo cual ayudará a que Cuba deje de ser un importador neto de alimentos, afirma Enrique Ávila, presidente de la CPA Revolución de Octubre.
El ejemplo y la experiencia de estos trabajadores puede y debe extenderse a otras entidades como Juventud Heroica, en la propia provincia de Ciego de Ávila, cuyos resultados actuales distan mucho de ser eficientes. (AIN)