Autor: Jorge Camarero Leiva Publicado: 21/06/2021 | 09:42 pm
Para lograr que los resultados científicos y tecnológicos sean aplicados y generalizados en la industria alimentaria, se requiere de la integración entre los centros de investigaciones, las universidades, los grupos empresariales y los productores.
Con esa conclusión, para poner manos a la obra, se dio la arrancada a especialistas, académicos, investigadores, fabricantes, agricultores, operarios, técnicos y profesionales en general, quienes asumen considerables desafíos en función de un efectivo encadenamiento a partir de los polos científico-tecnológico y productivos aprobados en cada región del país.
Se trata que desde las buenas prácticas, se aprovechen los principales aportes y conocimientos, tal como se debatió durante el taller Más producción de la industria alimentaria con la aplicación de la Ciencia, que recién sesionó en el capitalino Centro de Convenciones de Cojímar, organizado por los ministerios de la Industria Alimentaria y de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (Citma).
Este evento no puede pasar inadvertido para quienes se ocupan y preocupan por el incremento de la producción y el surtido de alimentos para la población, la sustitución de importaciones y el aumento de las exportaciones, un llamado a profundizar sobre las posibles vías para una integración más eficiente de los conocimientos y la producción.
Científicos, cultivadores, empresarios, expertos todos, debatieron e hicieron propuestas para perfeccionar las gestiones conjuntas e intercambiar asuntos vinculados con acuicultura, pesca amigable, fuentes alternativas de alimentos, mejoramiento genético de las especies, automatización de procesos tecnológicos, empleo eficiente de la energía, uso de extensores, aditivos e ingredientes, entre otros.
Varias comisiones relacionadas con los cárnicos, lácteos, conservas, cereales y bebidas, así como su producción y potencialidades exportadoras, sesionaron en el encuentro donde la ministra del Citma, Elba Rosa Pérez Montoya, abundó sobre la urgencia de buscar soluciones más eficientes para acrecentar la producción a partir de un adecuado uso y generalización del conocimiento y las investigaciones científicas.
Se refirió a la necesidad de una gestión más integrada desde la innovación, para estrechar los nexos entre la ciencia, la academia y el sector productivo, a partir de identificar posibilidades reales de encadenamiento que favorezcan la sustitución de importaciones y el impacto de los polos productivos en la economía nacional, en particular, en la industria alimentaria, vital en el mejoramiento de la calidad de vida de la población.
Comentó la Titular del Citma que en 2019 se implementaron 255 proyectos de investigación, cuyos resultados -en su mayoría- fueron introducidos en la producción y ya en este año se trabaja en unas 160 iniciativas y en 106 planes de innovación.
Subrayó que las necesidades de los productores pueden ser solucionadas con la aplicación de la ciencia y exaltó las posibilidades de utilizar la nanotecnología y otras tecnologías de avanzada que garanticen mayor efectividad en los procesos productivos en pos de sustituir o reducir importaciones y acrecentar las exportaciones.
A la cita asistieron, además, la viceprimera ministra Inés María Chapman, el titular de la Industria Alimentaria, Manuel Santiago Sobrino, y Luis Velázquez, presidente de la Academia de Ciencias de Cuba, entre otros directivos y funcionarios.
Una ciencia promisoria
Muy provechoso resultó el taller, según sus organizadores, pues fueron evaluados y propuestos para su introducción 60 resultados investigativos.
Jesús Rodríguez Mendoza, director general del Instituto de Investigaciones de la Industria Alimentaria, indicó que como parte de la agenda del taller se presentaron en una exposición varios productos que ya tienen presencia en el mercado nacional y otros en los que se trabaja para su introducción y pronta generalización.
Entre las conclusiones más relevantes se destacó que existen logros de la ciencia y la tecnología con grandes perspectivas para generar exportaciones y sustituir importaciones pero urge articular el corolario científico con el Plan de la Economía.
Señalaron también el insuficiente encadenamiento tanto en el proceso agroindustrial como entre las entidades y actores claves que participan en cada programa.
El aprovechamiento de los subproductos generados en los procesos industriales es inferior a las potencialidades existentes y no todas las propuestas incluyen la dimensión social, la formación, capacitación y superación de la fuerza técnica calificada, el enfoque sistémico y las innovaciones existentes a nivel local.
Otro punto en rojo es el insuficiente suministro de insumos de la industria nacional que respalden el desarrollo de las cadenas agroalimentarias.
Se trabajó en varias comisiones relacionadas con los programas Pesca, Acuicultura e industrialización de productos pesqueros, desarrollo de cultivos marinos en las especies tilapia roja, ostión y esponja.
Asimismo, se debatió sobre la mejora en los sistemas de cultivos intensivos (cascadas, recirculación de agua y tecnología de geomembrana), utilización de desperdicios cárnicos y pesqueros en forma de ensilados y la introducción de nuevos productos industrializados y empleo de subproductos.
En la comisión relacionada con los cárnicos se propuso la elaboración de productos con los restantes de esta industria y el uso de materia primas nacionales en su procesamiento, la reimplantación de otros con derivados de la soya y la disminución del porcentaje de sal añadida, además de rescatar y generalizar los surtidos.
La referida Lácteos concluyó sobre la necesidad del aprovechamiento del suero en la obtención de productos, el empleo de materias primas nacionales como extensores o sustitutos, la reimplantación de alimentos a partir de la leche de soya, así como la automatización gradual de los procesos productivos, la diversificación a partir de leche de cabra y de búfala y la reducción de los niveles de azúcar.
Mientras en Conservas se enfrascan en rescatar la elaboración de productos tradicionales de esa industria, en Cereales se proponen generalizar las galletas dulces con salvado y la cobertura de repostería, además de introducir un surtido de horneados saludables y revitalizar en el país el programa de chocolatería fina artesanal.
En Bebidas se debatió sobre una nueva tecnología en la elaboración de cervezas con sustitución de malta por azúcar, la gestión de la innovación y su integración en el análisis complejo de procesos, el uso de edulcorantes naturales y el incremento del rendimiento de la malta mediante la utilización de enzimas α-amilasa termoestable.