Embajadora de la República de Angola, María Cándida Teixeira Autor: Hedelberto López Blanch Publicado: 19/03/2025 | 01:47 pm
La embajadora de la República de Angola, María Cándida Teixeira ofreció declaraciones a Opciones con motivo del fin de su misión en Cuba, en las cuales destacó que fue una experiencia excepcional, que le permitió contribuir al continuo fortalecimiento de las relaciones bilaterales, una asociación que se remonta a la década de 1960, forjada en la lucha común por la libertad, la autodeterminación y la soberanía de ambos países.
¿Cómo considera su trabajo en Cuba durante estos años?
—Cuba fue el país donde inicié mi carrera diplomática, como embajadora y para este momento en particular, uso un viejo refrán que dice lo siguiente: “El mejor espectáculo siempre se ve al final”.
“Mi acreditación como representante de Angola en Cuba, hace cuatro años, catapultó la cúspide de mi carrera diplomática, y por ello me siento halagada, me considero una ciudadana afortunada, debido a que no podría haber sido diferente, iniciando mis funciones en las tierras de José Martí y del eterno Comandante en Jefe, Fidel Castro, que considero mi segunda patria.
“El próximo 11 de noviembre, nuestra Patria conmemora el aniversario 50 de la proclamación de la independencia. Bajo el lema “Angola 50 años preservando y valorando las conquistas alcanzadas, construyendo un futuro”, se celebra esta independencia, conquistada con esfuerzo, a hierro y fuego, y con la sangre derramada de nuestros héroes.
“Agradecemos el apoyo y la unidad de todos los países amigos de la paz, la justicia y la libertad, destacando a los africanos que nos recibieron en el exilio como Argelia, Marruecos, Senegal, Tanzania, Zambia, RDC, Congo, Guinea Bissau, Guinea Conakry, ofreciéndonos un apoyo sustancial, para que las acciones guerrilleras en el interior de Angola contra el régimen colonialista portugués pudieran prosperar. Desde Rusia, recibimos un respaldo decisivo con armas y asesoramiento y entrenamiento militar”.
—¿Cómo evalúa las relaciones entre ambas naciones?
—Cuba y Angola tienen los vínculos más profundos, imborrables y profundos que derivan no sólo de razones históricas y culturales (la llegada de muchos esclavos a la Isla), sino también del hecho de que, en los momentos más críticos de la historia de Angola, Cuba envió a la patria angolana, su mejor activo, a sus hijos, que lucharon hombro con hombro junto a los angolanos por la conquista de la independencia y el mantenimiento de nuestra soberanía.
La famosa batalla de Cuito Cuanavale es el ejemplo más vivo, donde Namibia y Sudáfrica se incluyen en esta gran epopeya.
“En el marco de nuestras excelentes relaciones políticas, económicas y culturales, en el ámbito bilateral y multilateral, se efectuaron intercambios de visitas a alto nivel entre ambas naciones como la participación del Presidente João Lourenço en la reunión del G77+China, en Cuba, y la visita del Presidente Díaz Canel-Bermúdez, a Angola en 2023, lo que demostró la importancia de las relaciones bilaterales, y permitió reafirmar la hermandad y las perspectivas futuras.
“El apoyo de Cuba a Angola, desde los primeros años de nuestra independencia, está escrito con letras de oro en la historia de nuestras naciones.
“La presencia de miles de combatientes internacionalistas cubanos que derramaron su sangre en suelo angolano no fue sólo un símbolo de solidaridad, sino también un acto de coraje, valentía y compromiso que nunca será olvidado por nuestro pueblo”.
—¿Durante su estancia se han consolidado esas relaciones?
—En tiempos más recientes, nuestras relaciones se han consolidado y diversificado, abarcando áreas como salud, educación, defensa, ciencia y tecnología, agricultura, cultura y desarrollo económico.
“En el sector de la salud, los médicos cubanos han jugado un papel fundamental en Angola, especialmente en las zonas más remotas, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los pobladores. Paralelamente, cientos de jóvenes angolanos continúan beneficiándose de una excelente formación en las instituciones cubanas de educación superior.
“En la defensa y la seguridad, la cooperación ha sido fundamental para mantener la paz y la estabilidad en Angola, la soberanía nacional y la seguridad regional.
En lo económico, la reciente intensificación de las asociaciones en el sector agrícola y en el desarrollo de infraestructuras demuestra el dinamismo de las relaciones y el potencial que aún tenemos por explotar, promoviendo un desarrollo conjunto y sostenible”.
—¿Ha podido incrementar las relaciones de Angola en la región latinoamericana?
—Como embajadora no residente, tuve oportunidad desde Cuba de estrechar relaciones con Panamá, Costa Rica, República Dominicana, Nicaragua, Guatemala, El Salvador y el Caribe. Cada una de estas naciones desempeña un papel importante en el fortalecimiento de la cooperación Sur-Sur y el desarrollo regional. Establecí importantes puentes entre Angola y estos países, promoviendo el intercambio económico y cultural, así como experiencias y conocimientos en áreas de interés común, lo que creo tendrá un impacto positivo en el futuro de nuestras relaciones.
“La República de Angola asumió la Presidencia de la Unión Africana en febrero. Uno de los objetivos es la continua mediación en los conflictos regionales que aún azotan a nuestro continente, en particular entre la República Democrática del Congo y Ruanda, que ha causado víctimas inocentes y la destrucción de importantes infraestructuras”.
—¿Qué mensaje deja a los cubanos tras su nueva misión?
—A mis hermanos cubanos, les ratifico, gracias a la patria de Fidel por permitirme ser parte de esta historia, por haberme dado una calurosa acogida y por hacer inolvidable esta misión, me despido con el corazón lleno de gratitud y la promesa de que, desde Francia, como representante de mi país en la Unesco, seguiré defendiendo y promoviendo la amistad entre nuestros países con la certeza de que nuestras relaciones continuarán.
“Al despedirme, me llevo recuerdos preciosos y la seguridad de que el trabajo iniciado seguirá creciendo y dando frutos. Angola y Cuba, comparten valores de solidaridad, respeto y progreso comunes, que servirán de base para la continua profundización de nuestras relaciones bilaterales y multilaterales, siempre guiadas por el objetivo de construir sociedades más justas, prósperas y solidarias”.