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19 de Abril  2025 

Árbol del pan, nicho exploratorio en la Isla de la Juventud

Entre las bondades del fruto se encuentra la ausencia de gluten, favorable para las personas intolerantes a este, y que puede consumirse fresco, procesado, o en forma de harina


Miércoles 17 de Agosto de 2022 | 11:05:01 AM 

Autor

Raquel Sierra

Compotas, helados, flanes, panes, elaboraciones combinadas con frijoles o algún cárnico, son algunos de los productos libres de gluten que se elaboran en la Isla de la Juventud a partir de fruto del árbol del pan, como parte de las acciones asumidas por el grupo Panisla para incrementar el cultivo de la planta y la creación de diversos platos, como una contribución a la seguridad alimentaria.

El colectivo, cuyo nombre es una mezcla de la fruta del pan y de la segunda más grande ínsula del archipiélago cubano, está integrado por mujeres y hombres pertenecientes a diversas formas productivas del territorio, quienes socializan los resultados de los proyectos de investigación y desarrollo del mencionado fruto.

Liderada por Marlene García, investigadora del Grupo de Difusión Tecnológica (GDT) en el Municipio Especial, del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical, la idea surge desde 2003, pero su ejecución comienza en 2016, tras la aprobación del proyecto.

“En 2017 se realizó el primer taller de propagación y de arte culinario sobre el uso de la fruta del pan, donde de manera participativa se conforma y nombra el grupo integrado por participantes del proyecto y quienes tendrían la responsabilidad de propagar y socializar el arte culinario”, apuntó la ingeniera agrónoma.

Panisla está formado por unos 50 integrantes: una veintena con habilidades y conocimientos en materia de propagación del cultivo y otro grupo de mujeres y hombres dedicados a la culinaria a partir del fruto, que los pineros (gentilicio de quienes habitan en la Isla de la Juventud) consumen casi siempre como vianda.

Entre ellos están Genoveva Jiménez, quien ha innovado unas 20 recetas; Marcelo Vázquez, propagador y elaborador de compotas, helados, repostería y espesantes; Francisco Hernández, propagador y productor de pienso, y Ulises García, elaborador de platos diversos y propagador de la especie.

Una especie poco conocida

El árbol del pan (Artocarpusaltilis) es un especie tropical erguida y de rápido crecimiento que llega a los 26 metros de altura y tiene muchas ramas, algunas gruesas, con mucho follaje, otras largas y delgadas con el follaje agrupado sólo en las puntas.


Con la extensión de este cultivo, pueden ser elaborados diversos productos alternativos a la harina de trigo y otros platos.


Esta planta debe su nombre a la similitud que tiene la pulpa de su fruta con la del pan de trigo y es utilizada como alimento en varias partes del mundo y cuyo ciclo vegetativo sobrepasa las cinco décadas.

De acuerdo con García, en Cuba, la fruta del pan, se conoce como mapen, guapen u otros nombres, según las migraciones o la localidad donde estén presentes; se reportan en Guantánamo, Santiago de Cuba, Holguín, Granma y Pinar del Río (Sierra del Rosario) y los estudios recientes refieren una presencia importante en la Isla de la Juventud.

En ese territorio, en el sur de Cuba, a partir de los proyectos de investigación, “se están extendiendo y generalizando en todas las formas productivas, las cooperativas de créditos y servicios, en la Empresa Agroindustrial Comandante Jesús Montané y en la Unidad Empresarial de Base Cítricos y frutales”.

Las posibilidades como cultivo son muchas, pero las más importantes son que constituye una especie perenne, muy longeva, es una amilasa de por vida y su fruto botánico se consume como vianda, dijo García.

“Hoy se llama a buscar alternativas y considero que es el momento oportuno para apoyar con estas especies de Artocarpus y dentro de estas, la fruta del pan para aumentar las ofertas de productos alimentarios a mediano y largo plazos”, reflexionó.

Las ventajas, destacó, son muchas, entre las más importantes se cuentan: no contiene gluten, se utiliza para el consumo como fruta fresca, cocida y como harina que se obtiene a partir de su fruto, y en la industria. A su juicio, niñas y niños celiacos podrán contar con un alimento libre de gluten, teniendo en cuenta el potencial de su fruto y sus diversos usos en la industria alimentaria.

Un árbol con futuro

Desde 2016 varios son los proyectos que se han desarrollado con la fruta del pan, entre otros, la prospección y caracterización de las especies de Artocarpus en la Isla de la Juventud y el resto del país, su extensión,  multiplicación y el fortalecimiento a la producción de harina en la comunidad Argelia-La Victoria en la isla de la Juventud.

Según la líder de Panisla, se trabajó también un convenio con el Proyecto de Innovación Agropecuario Local (PIAL) y fue creado el Grupo de innovación Agropecuario Local (GIAL) de la fruta del pan, con resultados innovadores en la propagación de la especie y de platos culinarios, con integrantes de Panisla-Cuba.

De acuerdo con la investigadora, los principales resultados del proyecto de cara a la seguridad alimentaria y nutricional es la creciente presencia de este árbol en todas las localidades del Municipio Especial, con predominio en los poblados Argelia y La Fe.

Cuando se hizo el trabajo de campo, refirió, se tuvo en cuenta la clasificación por indicadores: patios, parcelas, fincas y áreas en la ciudad, eso le permitió concluir que en la segunda ínsula cubana crecen tres especies y una variedad, realidad distintiva del territorio, no apreciable de igual manera en el resto del país.

A partir de 2022 se comenzó a trabajar en dos proyectos de investigación que permitirán la extensión, generalización y socialización de todos estos resultados en localidades identificadas en las regiones oriental, central y occidental de la Mayor de las Antillas.

Para eso, se extenderán tres especies de Artocarpus y el nuevo cultivar de introducción al país, para lo cual el grupo se encargaría de capacitar, asesorar, entrenar en la multiplicación, además de socializar las experiencias logradas en Panisla.


Marlene García, investigadora del Grupo de Difusión Tecnológica de la Isla de la Juventud,
del Instituto de Investigaciones en Fruticultura Tropical.


Como parte de la iniciativa, García Collazo concibió el proyecto de una microindustria destinada a producir harina libre de gluten (proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno), cuyos beneficiarios principales serán los 67 diagnosticados en el territorio con el síndrome de mala absorción de la mencionada proteina .

“Fomentar la fruta del pan en Cuba es contribuir a mejores soberanía alimentaria y educación nutricional, hoy se está realizando un llamado para buscar alternativas. Es el momento oportuno para apoyar con estas especies de Artocarpus y entre esas la fruta del pan, así aumentarán las ofertas de productos alimentarios a la población a mediano y largo plazos”, destacó.

“Es mucha la aceptación en el municipio, hoy se cuenta con la presencia de las tres especies, su uso en la alimentación de la población es muy amplia, lo consumen todos los grupos etarios, la come toda la población, lo que representa un potencial para la Isla de la Juventud y para toda Cuba”, sostiene García.

Según respondió la investigadora, “de manera general, solo contribuyo con mi pequeño esfuerzo a solucionar problemas alimentarios de mi país; es mi modesto aporte como investigadora a los momentos actuales y al futuro”.

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