GINEBRA.- Los 149 países de la OMC, divididos y distantes, se enfrentaron la semana última a unas negociaciones cruciales para la Ronda de Doha, ya que debieron decidir las cifras y fórmulas para aplicar rebajas arancelarias a las importaciones de bienes agrícolas e industriales.
Considerada como la reunión de la “última oportunidad” para el futuro del comercio mundial y del mismo proceso de la Ronda de Doha, fue convocada por el director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Pascal Lamy, a fin de intentar sacar esas negociaciones del punto muerto.
A Ginebra asistieron más de 60 ministros de Comercio, que se reunieron desde el 29 de junio al 2 de julio en la sede de la OMC, con el objetivo de fijar las fórmulas y cifras que les permitieron calcular el nivel de rebajas arancelarias que tendrían que aplicar a sus importaciones agrícolas e industriales.
Los países negocian desde hace casi cinco años la Ronda del Desarrollo de Doha, que busca profundizar en la liberalización de los intercambios comerciales en agricultura, industria y servicios, y que los principales beneficiarios sean lo países en desarrollo.
Pero sus posiciones siguen tan distantes que, a decir de algunos negociadores, como el presidente del comité de Agricultura, el embajador neocelandés Crawford Falconer, haría falta un milagro, pero más que nada decisiones y compromisos políticos por parte de las capitales.
Falconer y el presidente del Comité Negociador de Acceso a Mercado para Bienes Industriales (NAMA), el embajador canadiense Don Stephenson, presentaron sus proyectos de modalidades, en los que persisten los elementos de desacuerdo, en especial el de agricultura, con un total de 760 decisiones abiertas. (EFE)