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21 de Noviembre  2024 

Baja económica, pobreza e inseguridad en Ecuador


Jueves 24 de Octubre de 2024 | 07:59:56 AM 

Autor

Hedelberto López Blanch

Las campañas publicitarias a favor del candidato y actual presidente ecuatoriano no se han hecho esperar por parte de los medios de comunicación hegemónicos que utilizan títulos tan rimbombantes como el del diario español El País que tituló: “Dieciséis precandidatos y un favorito claro en Ecuador, Daniel Noboa”, con lo cual tratan de convencer al electorado que ya es irreversible la victoria del derechista en las elecciones del 9 de febrero de 2025.

Noboa del partido Acción Democrática Nacional, asumió el poder el 23 de noviembre de 2023 hasta mayo de 2025, cuando debía terminar el mandato su antecesor, Guillermo Lasso, quien estuvo envuelto en numerosos actos de corrupción.

La Ley Electoral dispone que para que un candidato presidencial gane en primera vuelta debe reunir el 40% de los votos y una ventaja de diez puntos porcentuales sobre el segundo aspirante. De haber segunda vuelta, el CNE decidió que se realice el 13 de abril de 2025.

Durante su mandato han existido graves problemas como el aumento de la violencia, el narcotráfico, falta de avances en la reducción de la inseguridad, apagones de electricidad de hasta diez horas diarias, mala gestión gubernamental con el empeoramiento de indicadores económicos y de empleo, según varias organizaciones.

De los 16 candidatos los medios hegemónicos de comunicación tratan de denigrar la figura de Luisa González, del movimiento Revolución Ciudadana, quien, con posiciones progresistas y a favor de la ciudadanía, cuenta con posibilidades de competir por la presidencia.

De todas formas, con la gran cantidad de pretendientes, casi seguro habrá una segunda vuelta. Un poco más de 13,7 millones de electores dentro y fuera de Ecuador están convocados a las urnas para elegir presidente y vicepresidente, 151 asambleístas (congresistas) y cinco representantes al Parlamento Andino para un período de cuatro años.

Como Noboa no quiere quedarse detrás de mandatarios latinoamericanos como el argentino Javier Milei, está intentando nuevamente instalar una base militar de Estados Unidos en el territorio, como la de Malta, que fue eliminada en 2009 durante el gobierno de Rafael Correa. Para él, que nació en Miami, Florida, el 30 de noviembre de 1987, y se graduó en la universidad de George Washington en 2022, no significa nada entregar la soberanía e independencia del país siempre y cuando Washington lo acepte como un aliado incondicional en la región de América del Sur.

Su padre es el multimillonario banquero Álvaro Noboa, quien intentó alcanzar la presidencia del país en varias ocasiones y ahora su hijo lo acaba de condecorar con la Orden nacional al Mérito en el grado de Gran Cruz. Increíble pero cierto.

A finales de agosto, se firmó un convenio entre la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, la coronela Laura Richardson, y el jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Ecuador, Jaime Patricio Vela Erazo. A la vez, Noboa anunció un polémico proyecto de ley para eliminar un artículo de la Constitución que prohíbe el establecimiento de instalaciones castrenses de otras naciones bajo la excusa de luchar contra el narcotráfico y el crimen transnacional.

El Comando Sur arrastra un largo historial de denuncias de intervencionismo y violación de la soberanía en la región, así como soporte a las dictaduras del Cono Sur. Varias provincias ecuatorianas viven desde hace meses en estado de excepción por la violencia incontrolable mientras el panorama económico-social es adverso, pues la pobreza se sitúa en 30% (en las zonas rurales 49%) y la extrema en 16,2%; más de 5,8 millones de ecuatorianos sobreviven con menos de 90 dólares al mes que no alcanzan para comprar la canasta básica, pagar el alquiler, la luz o la atención médica.

La desnutrición afecta al 29% de los niños de 0 a cinco años, cifras que aumentan al 42% en el campo. De cada diez personas con capacidad para trabajar, apenas tres de ellas tienen empleo. La inversión pública en salud, educación e inclusión social fueron a sus peores indicadores en comparación con una década anterior, debido a los pagos que se destinan a cancelar las deudas con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

A la par, cayó en picada la seguridad en la nación andina, donde son constantes los robos, secuestros, asesinatos, luchas entre pandillas, extorsiones a comerciantes y motines carcelarios. Dar un ganador en las próximas elecciones sería en estos momentos impredecible.

Lo que está claro es que las masas populares, por un lado, deberán concurrir a las urnas para apoyar a los partidos progresistas si desean cambiar la actual situación, mientras por otra parte Estados Unidos, la oligarquía criolla y toda la maquinaria propagandista de la derecha harán lo imposible por que Noboa salga reelegido

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