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28 de Abril  2025 

Sur del Jíbaro vuelve a reinar

Contrastan el ruido de la maquinaria, el volar de los aviones y la poca presencia humana en las llanuras arroceras del complejo agroindustrial Sur de El Jíbaro, de la Sierpe, en Sancti Spíritus


Viernes 17 de Abril de 2009 | 12:00:00 AM 

Autor

Cristobal Alamo Pérez

Para producir el cereal es esencial el empleo de medios técnicos encargados de la preparación de los suelos, la siembra, fertilización y el combate contra plagas y enfermedades. Esa es también una de las razones por las cuales durante los duros años del período especial languideció su accionar productivo dada la carencia de insumos y combustibles. Ahora los hombres y mujeres de la entidad que aportaba en la década de los 80 del pasado siglo 25 % del arroz cubano, resurge con el propósito de contribuir a sustituir importaciones del alimento básico nacional. EL LOTE ES EL GRANO DEL ARROZ

Algunos establecen un símil entre la estructura de la entidad y el arroz: la empresa es la planta, la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) es la espiga, pero el lote es el grano del arroz, allí se deciden producción y eficiencia.

Pedro Palmero, el jefe del lote seis de la UBPC El Cedro, esta afónico. La noche antes, junto a otros trabajadores, cuidó los arrozales para evitar que bandadas de patos migratorios se alimentaran de las plantaciones.

“Es difícil, señala, hacemos ruido, disparamos hasta algún escopetazo, pero si te descuidas en la oscuridad, se posan y acaban en un ratico”.

“Es un colectivo pequeño: 10 anegadores, un técnico, el económico y la cocinera, para atender 15 caballerías, y mientras más produzcamos y menos gastemos, percibimos más, es una cuenta fácil”, señala ante el mural donde todos pueden analizar el presupuesto para el año y cómo marcha su ejecución.

“La UBPC, detalla, nos brinda los servicios técnicos, de preparación de tierras, siembra con aviones, aplicaciones de productos y nosotros realizamos las labores manuales”.

EL ANEGADOR PACHANGUEA

Actualmente en la Sur del Jíbaro laboran unos 160 anegadores, quienes realizan 14 actividades en las plantaciones, desde resembrar a mano, eliminar cayos de hierba, nivelar el agua, desratizar, cumplir con la vigilancia fitosanitaria hasta proteger la siembra de las incursiones de las aves. Descalzo, con un pantalón cortado, Osbel Ortiz nos invita a pachanguear. Sonríe “así llamamos, dentro del enfangando campo, a eliminar los encharcamientos de agua. Solo a mano es posible, es algo vital para que la planta crezca bien y produzca”.

Los trabajadores de los 30 lotes arroceros están contentos y confiados, les asignaron 25 tractores de mediana potencia y dos de alta para la preparación de los suelos, aspecto vital en el largo proceso agrícola. De su calidad depende la germinación de las simientes.

Están a la espera de siete modernas combinadas para sumarlas a las 27 actuales, parque que garantizará cortar en el momento oportuno y evitar pérdidas de cosecha por maduración del cereal.

Por encima de la rústica construcción donde cocinan, se protegen de las inclemencias del tiempo o descansan a la sombra, sobrevuela el avión AN-2 con su carga de herbicidas que riega sobre el campo cercano, mientras, algo más distante, otra aeronave, un Dromedario, amplia el control biológico para prevenir plagas.

La aviación es esencial en las arroceras, con ella se siembran las grandes extensiones y aplican los productos químicos. Por ello la Sur del Jíbaro acometió labores de mejoramiento en sus instalaciones y cuatro de sus cinco pistas son modelo. Ahora las condiciones de trabajo y de vida del personal mejoraron, se agiliza el traslado de los productos y los aviones disponen de más tiempo de vuelo productivo.

GRANOS POR METRO CUADRADO

Raúl Hernández es el especialista principal de producción del complejo, comenzó hace más de 20 años como técnico de pista y es un enamorado del arroz. Para que el campo alcance altos rendimientos, explica, tienen que sembrarse 421 granos por metro cuadrado, con 90 % de germinación como mínimo y cada espiga debe tener 60 granos. No se trata de un juego matemático, es el resultado de estudios, por eso es tan vital la preparación del suelo y que el avión realice bien la siembra.

El pasado año los negativos efectos de los ciclones ocasionaron daños que impidieron mayor producción. “Nos jugaron una mala pasada, pero tenemos la decisión de cambiar las cosas en estas próximas campañas, así y todo cosechamos alrededor de 850 000 quintales”.

En este año arrocero, sumando las etapas de frío y primavera, se deben alcanzar 1 300 000 quintales para mantener al complejo como la arrocera mayor productora del país. SE COME SIN CÁSCARA

Los del Sur del Jíbaro también se dedican al proceso industrial del cereal, ahora acometen inversiones para asegurar el secado y molinado del grano, que obtienen con alta calidad.

El nuevo molino se levanta, se reparan otros, junto a labores para asegurar que la industria esté en capacidad de recibir mayores volúmenes del alimento. Entre sus inversiones está asimismo envasar en bolsas de un kilogramo para comercializarlas en la red de recaudación en divisas y así sustituir importaciones. Antes de despedirnos, jocoso, Raúl pregunta: ¿cuántos granos tiene un plato de arroz?...

Yo tampoco lo sé pero puedo decirte que en 100 libras puedes contar alrededor de 1 300 000. Al alejarnos de las plantaciones observamos que junto a los arroceros de la empresa estatal se desarrolla el movimiento de productores populares del cereal, quienes también ofrecen su aporte al esfuerzo productivo. La Sierpe, bien pudiera llamarse la capital cubana del arroz. (AIN).

(El tema Continuará .... )

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